Disquisiciones

Nuevo reto social

Entre noticias desalentadoras como expresión de animalidad de la raza humana, no es extraño encontrar rabia y desánimo social ante las expresiones bélicas en uno y otro lado del globo de la vida.  

Definitivamente deben cambiar las voces de retaliación que imperan, en cuanto las funciones lingüísticas no siempre se procesan en el cerebro racional, y algunas están bajo el control del sistema emocional donde la sucesión de fonemas inducen a una reacción sensible sin importar el contenido semántico, como es la expresión propia de la retórica política.

En muchos lugares, la estrategia del poder se ha fundamentado en la baja participación colectiva, donde se encuentran en un lado personas que critican, pero no hacen nada para consolidar un cambio, porque todo sigue igual. En la otra orilla, permanece un grupo apático con un conformismo generalizado. Y los de siempre, que se acomodan de acuerdo a su conveniencia, más cuando en términos prácticos, en el foro democrático son unos pocos quienes definen el futuro de la comunidad.

Es cierto, que la desesperanza debilita el tejido social, pero también que es necesario construir un nuevo rumbo, donde los liderazgos encarnen respuestas a los resultados de gestión de ese poder que se enquista, desarrolla apetitos de distinto orden y expresa en las marchas ciudadanas gritos de violencia donde ondean miradas de odio. Por eso, se debe insistir en una estrategia diferente donde la palabra exprese civilidad y el disenso respetuoso permita clamar otro devenir social. Es importante entonces, una comunicación veraz, no incendiaria, tampoco tergiversada, con mesura de  todos los actores y con expresiones sin agresión, pero ante todo donde se pueda pensar diferente para que adquiera un verdadero significado el comportamiento cívico.

Ante la cruda realidad de este vano análisis, el punto de partida es la reflexión, se debe dar vuelta a la página aciaga cargada con manchas del dolor que causan las espinas regadas en el sendero social. Se necesita de las ideas, pero especialmente de acciones concretas para esas personas que ríen mientras su alma llora y que gozan mientras el alma sufre, pero aun así, anhelan un canto de esperanza, amor y vida ante la violencia, reclaman ante su desigualdad, y que protestan ante la impunidad en ese lodazal de corrupción que se presenta con la cara lavada en sus diferentes matices para desgracia social.

Es importante el fortalecimiento de la educación para fomentar conciencia de la importancia de la participación ciudadana, el efectivo control social de ejecución contractual pública, exigir transparencia y la forma correcta cómo deben ser utilizados los recursos que corresponden a todos.

Por eso resulta fundamental la “memoria” en los cálculos políticos, estrategias electorales, discursos de unos y opiniones de otros, para que la acción renovadora de una política diferente, encuentre liderazgos con ejemplo y personas con capacidad para la experiencia dentro de una nueva perspectiva ciudadana.           

El gran reto social es visibilizar liderazgos, rescatar la palabra sensata y dar ejemplo ante la agresividad persistente...