Cinco sentidos

The Killing Fields – Los gritos del silencio

El tema del que hablaré hoy es algo de lo que el mundo calla, no puedo callar los gritos de miles que sufren cada día y mueren cada día en un lugar olvidado del mundo como es Haití, entre las noticias diarias no se ven titulares de este genocidio permanente donde el enemigo vive entre las mismas calles. La permanente inestabilidad política, pronunciada por el asesinato en el año 2021 del Presidente Jovenel Moïse, agravó mucho más la situación de un pueblo sumido en la pobreza más absoluta y dominada por pandillas que ejercen las veces de gobierno en ese país, me han enviado imágenes en las últimas horas de una crueldad extrema y de niveles de violencia inimaginables, los pobladores huyen en busca de refugio hacia el país más cercano República Dominicana, parece imposible estar en uno y otro lado de la frontera, de un lado un país próspero, del otro el infierno. Sin embargo lejos de ser recibidos como refugiados, República Dominicana expulsa nuevamente a su país a los migrantes que al ser descubiertos nuevamente en Haití están librados a su suerte, o mejor dicho su mala suerte.-

En las últimas horas, algunos medios de comunicación del mundo dieron cuenta en sus páginas intermedias del reclamo del Presidente de República Dominicana, Luis Abinader, quien pidió este martes a Emmanuel Macron, que Francia, junto a la comunidad internacional, se involucre en la búsqueda de estabilidad en Haití, según un comunicado de la Presidencia dominicana, pero las miradas del mundo están puestas en otro sitio y Haití sigue olvidada.-

Desde aquel terremoto fatídico sucedido el 12 de enero de 2010, donde fallecieron más de 300.000 personas y más de 1.5 millones quedaron sin hogar, hasta este otro terremoto humano que cuesta la vida de inocentes a diario, niños que quedan huérfanos, sin destino, sin poder huir, transformados en soldados en muchos casos, y convirtiéndolos en asesinos.

Haití es un país con difícil acceso al agua potable, sin acceso a la educación, sin atención médica adecuada. Las pandillas controlan grandes áreas, amenazan a la población y causan terror. La violencia afecta a todos, especialmente a los niños, que son reclutados por las pandillas o víctimas de la violencia sexual.

No puedo pasar por alto esta realidad de los que gritan en el silencio sin ser escuchados, por eso desde la libertad de este gran Diario de Madrid quiero ser amplificador de esos gritos que claman ayuda y paz, convencido que el mensaje llegará a ser escuchado por aquellos que tienen la posibilidad de multiplicar estas voces acalladas por demasiado tiempo.