Se trata de un enorme libro de relatos copiados e inspirados en el monasterio benedictino de Podlažice en Bohemia, en la actual República Checa. Con unas dimensiones la obra de 92 cm de longitud y 74,8 kg. de peso.
El Codex Gigas, que es como así se llama esta enorme obra de recopilación, está compuesto por 310 hojas que suman 620 caras realizadas en pergamino, hechas de pieles de 160 burros o terneros.
El manuscrito iluminado por las fuerzas del más allá, escrito en tiempos medievales, es el libro más grande del mundo, conteniendo la Biblia Vulgata completa, así como otras obras escritas en latín. Entre el Antiguo y el Nuevo Testamento hay una selección de obras populares, tales como: Antigüedades de los judíos y de bello judaico de Josefo, la enciclopedia Etymologiae de Isidoro de Sevilla, la crónica de Cosme de Praga y numerosas obras médicas.
El Codex Gigas, fue escrito en el siglo XIII. El libro parece ser simultáneamente una Biblia, un grimorio, un texto histórico y una guía para la curación, que contiene una iluminación del Diablo donde se citan docenas de soluciones para realizar una serie de sortilegios, pócimas, rezos, rogativas y oratorias para la realización de curaciones, soluciones y sentencias.
Aún más misterioso es que este libro fue escrito por una sola mano. Su creación habría llevado décadas a un solo hombre, Herman, que era como se llamaba su hagiógrafo; un monje que rompió sus votos monásticos siendo sentenciado a ser emparedado vivo, y que solo sería liberado al completar un libro que encapsularía todo el conocimiento terrenal. Una hazaña que habría tardado muchos años en completar.
La práctica de emparedar a monjas o monjes generalmente estaba reservada para aquellos que rompían un voto de castidad, y esa era una práctica habitual de la propia iglesia, cuyos relatos se describen en la narración histórica durante el siglo XVII.
La leyenda describe cómo Herman fue emparedado para dejarlo morir de hambre o deshidratación, pero suplicando al abad, se le concedió un año para completar la obra.., pero cuando se acercaba la medianoche de la última noche del año, Herman se dio cuenta de la tarea imposible que tenía ante él, por lo que hizo una oración especial, no dirigida a Dios sino de invocación al arcángel caído Lucifer, pidiéndole que le ayudara a terminar el libro a cambio de su alma. El diablo completó el manuscrito y el monje agregó la imagen del diablo en agradecimiento por su ayuda.
Según algunas fuentes, Herman, dibujó el retrato del diablo en la página 577 de su manuscrito, en agradecimiento, donde se muestra una criatura agachada con cuernos rojos, una cara verde, dos lenguas y brazos con garras extendidas. La duplicación de las lenguas evoca asociaciones negativas con serpientes, una referencia metafórica a seres humanos deshonestos, que alude de alguna manera, el escenario apocalíptico que hizo Juan en "Revelación", el último libro de la biblia
El monasterio fue destruido en algún momento durante la Revolución Husita. Los registros del códice terminan en el año 1222.
Poco después de su redacción, el códice pasó de manos a manos de monjes cistercienses del monasterio de Sedlec y del monasterio benedictino de Břevnov, ya que los benedictinos lo entregaron como empeño a monjes cistercienses del monasterio de Sedlec, donde permaneció durante 70 años.
El monasterio benedictino de Břevnov recuperó la Biblia a finales del siglo XIII. Entre 1477 y 1593 d. C., estuvo guardada en la biblioteca de un monasterio de Broumov hasta que fue llevada a Praga en 1594 para formar parte de las colecciones del emperador Rodolfo II.
Al final de la Guerra de los Treinta Años en 1648 d. C., toda la colección de libros de Rodolfo II, incluido el códice, fue tomada como botín de guerra por el ejército sueco.
Desde 1649 d. C., el manuscrito se encuentra en la Biblioteca Real Sueca en Estocolmo.

Un investigador examina el Codex Gigas en la Biblioteca Nacional de Suecia en Estocolmo, Suecia, en 1906.
Es seguro que la mano del "ángel caído" no está detrás de las páginas iluminadas con tintas rojas, azules, amarillas, verdes y doradas, pero su grandioso contenido mezclado con conjuros, curas medicinales, obituarios y textos misteriosos siguen siendo un enigma hasta nuestros días.
Muchos mensajes ocultos aún no han sido descifrados y su naturaleza sobrenatural ha despertado el interés y la obsesión de innumerables almas que han querido hacerse con el códice de forma ilícita. Por eso la obra permanece en la Biblioteca Nacional de Suecia, donde se expone al público desde 1819.
Sólo dos veces salió el Códice de territorio sueco. La primera en 1970, para ser contemplado en el Metropolitan Museum de Nueva York, y la segunda en 2007, cuando regresó a Praga para ser expuesto en la Biblioteca Nacional Checa.
The Galobart Books está trabajando meticulosamente una edición facsimilar de esta increíble obra que atesora grandes misterios, para que pase a formar parte de las bibliotecas de los amantes del enigma y la belleza de la historia, en otro tamaño y en otro peso.
Existen muchas personas en pueblos y ciudades de muchos países, generalmente del tercer mundo, que conocen rezos, conjuros y peticiones extraídos del Codex Gigas, que cuentan haber realizado curaciones y sentencias llevadas a cabo por testigos presenciales. Es raro no conocer a personas que han experimentado directa o indirectamente este tipo de rituales cuyo final se ha cumplido, invocando a los espiritus que como en la "Ouija" se dice que acuden a la llamada a sabiendas que son almas en proceso de conquista, como dijo su inventor hacia finales del siglo XIX y que dio lugar a una patente registrada el 10 de mayo de 1880 declarando al estadounidense Elijah Jefferson Bond como su inventor, y a Theresa Maupin y Charles W. Kennard como titulares.
Estas personas, supuestamente con el conocimiento traspasado de padres a hijos, generalmente son temidas donde habitan, porque sus vecinos y familiares han creido haber visto concedidas el cumplimiento de sus peticiones.
Quienes mas cerca de la ciencia y el progreso les parece que creer en las fuerzas de espíritus malignos del más allá y en la existencia del diablo como universal comodín de toda maldad pueda ser ancestro; consideran que la autosugestión, el poder de la mente y la parte inmoral de la conciencia, son protagonistas de crear escenarios y resultados coincidentes que mantienen durante siglos la profesión siniestra del nigromante, el brujo, el miedo y la incultura, que explica todo aquello que forma parte de la inefable incapacidad de interpretar la frustración como virtud natural de la vida, sin necesidad de crear fantasmas y personajes imaginarios.