Revolución individual

La IA nos quitará todos los trabajos: ¿Qué viene después?

Por qué el desempleo no será una crisis, sino el inicio de una nueva libertad.

«Un día, una sociedad que sueña dejará de trabajar. Una humanidad que ama será lo suficientemente rica como para soñar, e infinitamente rica porque sueña.»

El temor de perder el trabajo

«Probablemente ninguno de nosotros tendrá un trabajo», declaró recientemente Elon Musk durante una conferencia tecnológica. «Si quieres trabajar como una especie de pasatiempo, podrás hacerlo —continuó—, pero en realidad, la inteligencia artificial y los robots proporcionarán todos los bienes y servicios que deseemos».

Estas palabras reflejan un sentimiento creciente en nuestra época: el temor de que la inteligencia artificial, la automatización y la robótica sustituyan los empleos humanos y dejen obsoleta nuestra manera de trabajar y producir.

Desde hace años, escribo sobre la idea de una sociedad sin empleo. Mi visión —que va contra la narrativa dominante de que la desaparición del trabajo conllevará una crisis social y económica— es completamente distinta. Creo que lo que muchos consideran una amenaza es, en realidad, una oportunidad sin precedentes para la evolución humana.

Nos dirigimos hacia una civilización del no-hacer, donde la verdad, la bondad, la belleza y la búsqueda de la felicidad serán los pilares de una sociedad nueva, próspera y profundamente transformada.

La llegada del desempleo no será una tragedia, sino una bendición. Una libertad conquistada. Un fruto natural del crecimiento interior del ser humano.

El fin del trabajo como obligación

Imagino una era en la que la tecnología haya alcanzado tal nivel que los trabajos tradicionales ya no sean necesarios. En ese mundo, los individuos tendrán tiempo y espacio para dedicarse a lo que realmente les apasiona, para crear, soñar, contemplar y amar.

Pero para que eso ocurra, es necesario repensar por completo nuestros valores y sistemas. Debemos dejar de definir a las personas por su profesión o por cuánto ganan. Necesitamos nuevas formas de valorar la contribución humana —más allá del trabajo y el rendimiento.

La esclavitud moderna

Lo que hoy llamamos “trabajo” es, en la mayoría de los casos, una forma de dependencia. Millones de personas dependen de  de un sueldo, de un jefe, de un salario.

Eso no es libertad, es esclavitud. Y ahora, paradójicamente, muchos tienen miedo de perder esas cadenas.

La verdadera riqueza

En mi visión, la verdadera riqueza nace cuando uno vuelve a su esencia, a lo único, a lo innato que hay dentro de cada uno.

Cada individuo posee una unicidad que, al expresarse, nos hace libres y nos proyecta como gigantes en el mundo de los eventos. Esa es la verdadera riqueza.

No creo que la riqueza provenga del trabajo, sino de la consciencia de reconocerse como los únicos creadores de todo lo que vemos y tocamos.

El más mínimo cambio en tu ser interior mueve montañas y te proyecta como un gigante en el mundo de los eventos. Es ese poder interior el que construye el poder financiero en el mundo exterior.

La Era del Ocio Creativo

La nueva Era del Ocio Creativo acaba de comenzar

Un día, una sociedad que sueña dejará de trabajar.
Una humanidad que ama será lo suficientemente rica como para soñar,
e infinitamente rica porque sueña.
Esa será la fuerza capaz de erradicar la pobreza de naciones y civilizaciones enteras
y llevarnos, finalmente, desde épocas de guerra y miedo hacia una nueva era de paz, abundancia y libertad.