Abrir la mente y el corazón

La Formación Profesional para el empleo

Seguimos adelante en los relatos de ese primer año en que emigré. En la última columna les hablé de lo duro que fue buscar trabajo. 

Comenzar la búsqueda laboral implicó ponerme delante de un ordenador, y entre otras:

  • Actualizar y modificar mi curriculum vitae una infinidad de veces.
  • Buscar diferentes plataformas y webs de empleo.
  • Ir al Instituto Aragonés de Empleo INAEM, para asistencia y orientación.

Me quedo con el último punto, en el INAEM además de asesorarme me dieron el certificado de desempleo que necesitaba para poder inscribirme a los cursos gratuitos que el Servicio de Empleo ofrece.

Fue entonces que me apunté a unos cursos de formación profesional para el empleo. Mi fin era formarme, y a la par conocer gente, necesitaba hablar, habían transcurrido meses desde mi llegada y mi círculo social se restringía a mi familia, y las llamadas y mensajes de amigos al otro lado del mundo.

Realicé algunos cursos, pero voy a hablar solamente del que fue bisagra: “el Certificado de Docencia de la Formación Profesional para el empleo”, de 380 horas, lo que llevó 4 meses de cursar de lunes a viernes de 9 a 14hs.

Tener los días ocupados sin dudas me ayudó muchísimo, además, me llevé el plus de conocer a personas, algunas de las que se convirtieron en amigos.

Compañeros Formación Profesional para el empleo - María Ruth Agnoli
Compañeros Formación Profesional para el empleo - María Ruth Agnoli

Recuerdo mi primer día en el Centro de Formación Profesional, me recibió Arturo (ingeniero de profesión que algunos años atrás había dejado su trabajo en empresas para dedicarse a la formación profesional por elección) que impartiría algunos de los módulos del certificado. Llegué temprano, tengo esa costumbre, sobre todo cuando no conozco el lugar. El centro estaba muy bien estructuralmente, pasé al aula y allí estaba Arturo, lo que me gustó mucho fue que mientras preparaba la clase ponía música, así que el “premio” por llegar unos minutos antes de la hora era ese, relajarse escuchando buena música por la mañana.

De a poco fueron llegando mis compañeros, y entre ellos puedo nombrar a: Alejandra, operadora telefónica; Ana, psicóloga; Carmen, diseñadora y artista; Lorenzo, técnico de mantenimiento; Oscar, geólogo y Pedro, soldador. Sin lugar a dudas, un grupo heterogéneo y con historias de vida diferentes.

Al día siguiente conocí a otra gran persona y docente, Susana, que sería la profesora que nos daría más de la mitad de los módulos de la formación. Susana, de profesión historiadora, desde hacía muchos años se dedicaba a la formación profesional dictando múltiples cursos, y era una verdadera docente de sangre y de corazón. 

Todos los que nos apuntamos en ese certificado de alguna manera habíamos terminado ahí para iniciar otra etapa de nuestras vidas, en resumen la media de edad rondaba los 35-45 años, y teníamos en común que luego de un promedio de 20 años de trabajo en nuestras áreas queríamos darle un giro a nuestra vida profesional y probar con la docencia, mi caso era la excepción ya que ya era docente y encontraba en este curso, la forma de poder dar clases en España, y una oportunidad de reinsertarme laboralmente en algo que me gustara, hasta que homologara mi título de odontóloga.

En ese curso de tan solo unos pocos meses aprendí herramientas diferentes, potencié mis conocimientos, pero sobre todo me salvé, porque a partir de realizar ese certificado (y si bien me quedaba pasar momentos muy fuertes a nivel personal), me sentí desde mi llegada a España por primera vez integrada.

Fue enriquecedor y sanador, durante esos meses con el grupo hicimos piña, volvimos a ser estudiantes, que evolucionamos a docentes.

Hoy sigo en contacto con mis compañeros y docentes, y cada vez que vuelvo a Zaragoza, intentamos coordinar para vernos, aunque a veces es una misión imposible.

Como siempre voy a terminar con unas palabras de aliento, si estás en la búsqueda no caigas, si estás solo saca fuerzas, y sigue adelante, apúntate a un curso, conoce gente y así la situación empezará a cambiar.

¡Que tengan una hermosa semana!