Disquisiciones

Bienvenido 2025

El inicio del nuevo año deja la alegría de diciembre, el arrullo del  diálogo particular con Dios, y llega con trazos que sirven para atrapar el irremplazable alero de pensamientos que con los años asimilan nuestras pocas virtudes y muchos de nuestros defectos. 

La persona forma huellas de identidad entre los candelabros que iluminaron tantos pasos, el espejo de las acciones, los brindis desde el alma, y tapices de horizontes que exploran la fortuna que cada uno interpreta a su manera.

Algunos emprenden el viaje con la dirección de vientos desde donde  divisan bandadas de pájaros de todos los plumajes, que al caer la tarde, le agregan al crepúsculo una nota de color, para que el lenguaje mantenga una maravillosa creación:

El renglón es un camino, la palabra tiene esencia, y el pensamiento es una piedra pulida en la creación literaria.

El camino es luz, la esencia el ropaje que le da forma, y la creación literaria conlleva mucho de la imaginación.

La luz toma el sendero, la forma el vestido de la inspiración, y la imaginación tiene el alimento que dejan los recuerdos.    

El sendero busca su destino, la inspiración lleva sueños, y en los recuerdos siempre están presentes los sentimientos.

El destino escudriña su final, los sueños tienen versos, los sentimientos viven la trascendencia del momento.

Al final los renglones señalan una suma de invenciones, las palabras poseen llamaradas de vivencias, y los pensamientos una estela de reflexiones o lamentos.

Una búsqueda permanente de la ruta en procura del mejor garabato, con fonemas que cargan el fuego embrujador de la memoria, el estandarte de la denuncia, las conclusiones del ensayo, el viaje por la historia. Una construcción de juicios y cavilaciones que rompen la virginal blancura de la hoja.

Renglones, palabras y pensamientos que recogen la existencia del creador que pretende un anónimo lector unas veces entre disparates de sus grafos, otras de remembranzas y de lo que la imaginación puede. Renglones que siembran vida, palabras que buscan decir lo que pretende quien lo escribe, pensamientos que lo revelan u ocultan para siempre.

Pensamientos que irradian palabras y forman renglones de vida, igual que la hoja con partituras de las notas para su lectura musical, tanto como el cincel es al mármol y éste a la escultura o la vida de la pintura en el óleo del artista a través de su pincel.

Renglones que recogen párrafos de anhelos, con la admiración por el referente de las letras grandes, las tildes de añoranzas, comas de la evolución de un ejercicio apasionante y delicado, interrogantes por la edificación de las palabras, puntos y comas del vaivén entre incertidumbre y el deseo, puntos suspensivos esperando plasmar el texto, y el punto final tras conquistar lo realizado.

Con estas disquisiciones iniciamos el nuevo año, donde lo importante no es solamente la construcción de sueños, propósitos y anhelos, sino que debe  mantener viva la memoria y esperanza por la vida.