Reflexiones Australes

Avenida Salvador Allende

En Chile, la justicia tarda pero llega. En el Municipio de San Miguel, que es parte de la Región Metropolitana de Santiago de Chile, el consejo municipal ha decidido eliminar el nombre de la Avenida Salvador Allende. Tras una consulta ciudadana y en votación dividida, los concejales acordaron restituir el nombre original de Avenida Salesianos. El ayuntamiento es presidido por la Alcaldesa Carol Bown, militante del Partido Unión Demócrata Independiente UDI, el mismo en el que militaba su fundador el Senador Jaime Guzmán, quien fuera vilmente asesinado  por la extrema izquierda chilena en 1991. En Chile aún  quedan 37 calles o avenidas, en distintas ciudades, las que llevan el nombre del expresidente marxista chileno. Se espera que otros concejos municipales, con mayoría opositora, adopten la misma decisión. Salvador Allende es considerado por la mayoría de los chilenos, el peor presidente que ha tenido Chile y responsable de la destrucción de la economía y de un intento de llevar a Chile a una dictadura similar a la de Cuba, Venezuela o Nicaragua. Allende también es recordado con un monumento a su figura, a pasos de la Casa de la Moneda, sede del Gobierno  de Chile. El Presidente Gabriel Boric, es un ferviente admirador de Allende, a quien recuerda y menciona repetidamente. La figura de Allende, quien ha sido increíblemente alabado también por muchos líderes europeos, empieza a ser evaluado de manera más objetiva. A meses de que la izquierda chilena deje el poder, la historia chilena seguramente será escrita con la verdad de los hechos y no con la leyenda del gran demócrata chileno, que no fue tal. Ya su hija senadora y su nieta ministra, fueron destituidas por participar hace no mucho, en una fraudulenta transacción, en la que la casa del expresidente se la vendían al Estado, para crear un museo y administrarlo ellas mismas. En Europa, también hay varias calles y plazas que llevan el nombre de Salvador Allende, las cuales fueron bautizadas por autoridades ignorantes que no conocían la verdad del proceso chileno a inicios de los 70. Es muy probable que con el tiempo vayan desapareciendo los monumentos de Allende, muy alabado también por la actual candidata comunista a la presidencia de Chile, Jeannette Jara. El mapa de Sudamérica empieza a cambiar de color. Argentina, Paraguay, Ecuador y Perú, y pronto Bolivia, Chile y Colombia, que deberían sumarse a los gobiernos que respetan la propiedad privada, reducen el tamaño del Estado y son contrarios al mal llamado “progresismo”.

Para quienes fueron víctimas del desgobierno de Allende, en el cual muchos perdieron sus bienes, sus campos y sus fábricas, la eliminación del nombre de Salvador Allende en calles y plazas, es una positiva señal para recuperar la verdad de lo que fueron los siniestros 1000 días de gobierno socialista-comunista. En noviembre próximo los chilenos le dirán al mundo: “Ha llegado la hora de la verdad”.