Cali 2024 - COP 16
In Memoriam
La raíz indoeuropea es *ak w-a- (agua). Y proviene para la lengua castellana del latín aqua. Sustancia –en veces divina— definida como un ser cuyas moléculas están compuestas por un átomo de oxígeno y dos átomos de hidrógeno.
Cubre el 70% de la tierra.
Y la encontramos formando ríos, lluvia, océanos.
Y también en las palabras acuarela, acuario, aguacero, aguafiestas (aquel que turba cualquier alegría o placer), aguazal (donde se detiene el agua de lluvia), paraguas…
Personajes femeninos encierran o bien liberan agua: Atenea, Bahari (océano en swahili), Galia (que significa ola), Greta (perla marina), Maureen (estrella de mar), Daria (del mar, en idioma persa). Delmare (proveniente del mar), Doria o Dorian (de origen griego, y con Grey, es personaje de juventud permanente en manos creativas y literarias de O. Wilde).
Personajes masculinos: Azariel (de origen hebreo, quien domina las aguas), Delfin (la belleza de este animal y la feura deslumbrante de los hijos de los expresidentes en Colombia), Denois (en Turquía significa océano), Dylan (hijo del mar y así mismo importante política vallecaucana que nada en aguas liberales), Brishon (infante nacido en la lluvia).
Agua es líquido transparente, incoloro, inodoro y quizás insípido en estado puro.
Constituye –como se sabe— el componente más abundante de la superficie terrestre y el mayoritario de todos los organismos vivos.
Don sagrado, significando purificación, renovación, liberación, fertilidad y abundancia. Santifica, sacraliza, interiorizando credos y culturas ancestrales.
Es utilizada en ritos de iniciación, como el bautismo.
Pertenece al patrimonio simbólico de todas las culturas y religiones. Sobre el agua se proyectan esperanzas (tener un acueducto en América, Asia o bien África); irrigar y sembrar para cosechar; progresar en industrias agrícolas) y también temores: la carencia del líquido se acerca a la sed parcial y permanente, a la enfermedad (vgr. En territorios caribes y wayúus) y aún la muerte.
Su poder se mide en sequías pero también en inundaciones (Valencia, los Departamentos de la Guajira y Chocó en Colombia)…
Es el agua, morada de espíritus y deidades, sagrada; una bendición.
Punto de relación entre cielo y tierra.
En los viejos templos cristianos existía una fuente de agua o una piscina interna.
La fuente simbolizaría la vida dada por el creador. Ríos, lagos harían nacer movimientos de fe y creencias.
Defensa de la vida; porque no hay vida sin la misma. Y todas las formas de vida dependen del agua que has de beber.
Patrimonio de la humanidad; nadie podría tener propiedad o escritura sobre el agua (¡Maldición a los propietarios del agua!).
Matriz o raíz de vida: somos hijos del agua, su movimiento (en cascadas, fuentes, ríos, mares) sería el de la existencia. Agua, madre misma de la naturaleza.
Yemayá es la madre océano. Nuestra madre en la cultura afro y afroamericana.
Los destructores o contaminadores de agua y naturaleza –ojo por ojo, agua por vida— deberían ser castigados y condenados a vivir con sed permanente. Y morir en su propia deshidratación.
Esto ocurrirá en el futuro próximo, cuando el agua sea el líquido –más que la solidez del oro— más preciado en la vida de todos. Por ello, el filósofo Leonardo Boff propuso un pacto social mundial, para proteger la vida en el planeta azul.