Mutualidad

Rafael Navas (Mutualidad): “Creemos que debe mantenerse la alternatividad”

Rafael Navas, director general de Mutualidad, responde al malestar de los mutualistas ante la posible supresión del sistema alternativo y la futura pasarela al RETA.

Rafael Navas, director general de Mutualidad
photo_camera Rafael Navas, director general de Mutualidad

En los últimos tiempos, ha crecido el descontento entre miles de abogados y procuradores mutualistas que reclaman poder abandonar el sistema alternativo de previsión que gestiona Mutualidad y pasar al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Algunos denuncian pensiones ínfimas tras décadas de cotización, otros acusan falta de información o transparencia, y muchos temen quedar atrapados en un modelo que consideran desigual frente al sistema público. La situación se ha intensificado con el anuncio del Gobierno de que el sistema alternativo desaparecerá en 2027.

En medio de esta tensión profesional y política, El Diario de Madrid entrevista a Rafael Navas, director general de Mutualidad, quien responde con claridad, datos y un mensaje contundente: “Desde Mutualidad apoyamos que quienes deseen optar por el RETA puedan hacerlo, siempre que el proceso se articule de forma ordenada y técnicamente viable, garantizando la equidad para el conjunto de mutualistas.”

¿Cuál es el origen del actual malestar entre los mutualistas?

Mutualidad fue creada en 1948 por el Consejo General de la Abogacía como única entidad de previsión obligatoria para abogados. En 1996, dejó de ser un sistema obligatorio para los profesionales del Derecho que ejercían por cuenta propia, quienes desde entonces pueden elegir entre cotizar al sistema público (RETA) o a un modelo privado de previsión como el que ofrece Mutualidad.

Durante años, funcionó con un sistema de reparto, que pasó a capitalización colectiva y, desde 2005, nos transformamos a la obligación legal de funcionar con un sistema de capitalización individual. A partir de ese momento, cada mutualista tiene reconocido sus propios derechos económicos fruto de sus cuotas, de la rentabilidad generada y descontando los costes de gestión y coberturas de riesgo.

La reforma impulsada en 2023 por José Luis Escrivá –entonces ministro de Inclusión y Seguridad Social–, cambió el sistema de cotización de los autónomos, y nosotros, como entidad alternativa, tuvimos que adaptar nuestras cuotas al nuevo marco legal. Desde entonces, surgió un movimiento que pide dos cosas: no pagar más cuotas y, si se paga lo mismo que en el RETA, tener las mismas prestaciones. De ahí surge el debate sobre la “pasarela”.

¿Qué implica exactamente esa pasarela al RETA y cuál es su posición?

Desde el principio hemos apoyado que quienes prefieran cotizar al RETA puedan hacerlo. Defendemos esa libertad de elección, siempre que el proceso se lleve a cabo de manera ordenada y técnicamente viable, que para nada afecta a los mutualistas que opten por acogerse a la pasarela.

Nuestras inversiones están planificadas a largo plazo, casando activos con vencimientos futuros de prestaciones. Si el dinero sale de golpe, puede descompensar el sistema. Por eso proponemos que ese traspaso se haga a medida que se vayan produciendo contingencias: jubilaciones, fallecimientos o invalideces. No nos oponemos a la salida de quienes así lo deseen, pero pedimos que el proceso respete la estructura técnica que garantiza la sostenibilidad del sistema.

Hay un proyecto de ley en tramitación en el Congreso y confiamos en que contemple esta transición progresiva.

¿Y sobre la eliminación del sistema alternativo en 2027?

Creemos firmemente que debe mantenerse la opción de elegir entre RETA y Mutualidad, como ha sucedido desde 1996.

Muchos mutualistas denuncian que, al jubilarse, sus pensiones son mínimas. ¿Lo reconocen como un fallo del sistema?

No lo compartimos. Lo que ocurre es que en un sistema de capitalización individual la prestación depende directamente de lo aportado. Muchas de estas quejas están relacionadas con cotizaciones mínimas durante años.

Por ejemplo, de los 60.000 mutualistas en régimen alternativo, unos 2.500 tienen expectativas de renta por debajo de los 500 euros, y otros 15.000 están entre 560 y 1.000 euros. Pero también hay miles que han mejorado sus aportaciones a lo largo de los años.

¿Se les informó adecuadamente de las consecuencias de no aumentar sus aportaciones?

Desde 2005, cada mutualista ha recibido información trimestral sobre su capital acumulado. Y desde 2018, también sobre la renta vitalicia estimada que podrían recibir al jubilarse, con tres escenarios de rentabilidad. Esa información antes se enviaba por correo ordinario y ahora por correo electrónico y a través de la web.

Además, la web permite hacer simulaciones personalizadas para ver cómo mejoraría la renta si se incrementan las cuotas. También se ha contactado de forma individual a muchos mutualistas para animarles a mejorar sus aportaciones. La transparencia ha sido total.

Sin embargo, hay quienes acusan a Mutualidad de prometer más prestaciones con menos cuotas. ¿Qué hay de cierto?

Se ha publicitado, en distintos momentos, que si pagabas lo mismo que en el RETA, podrías obtener mejores prestaciones. Y eso era cierto, con las condiciones del sistema y las rentabilidades esperadas. Pero muchos mutualistas no pagaban lo mismo que en el RETA, sino mucho menos. Por ejemplo, en sus inicios se pagaban cuotas mensuales de 25 euros frente a los 300 del RETA.

Por tanto, es lógico que quienes aportaron poco ahora tengan menos. No hubo engaño. Hubo libertad de elección y muchísima información.

¿Y qué ocurrió con el famoso informe Mercer, que alertaba de posibles problemas del modelo?

Ese informe no lo encargó Mutualidad, sino el Consejo General de la Abogacía. No es nuestro, ni lo distribuimos. Además, cuando se redactó, nadie podía prever la crisis financiera que vino después. De hecho, desde el año 2005 hasta hoy, hemos conseguido una rentabilidad media superior al 4,5 %, incluso en épocas de tipos negativos.

¿Cuál ha sido el impacto de todo esto en las nuevas altas? ¿ Mutualidad está perdiendo fuerza?

El número de nuevos mutualistas alternativos ha descendido, pero por cambios estructurales en la profesión. Hace 15 años entraban unos 7.000 al año; hoy apenas 1.000. Cada vez menos abogados trabajan por cuenta propia al empezar. Muchos se incorporan a despachos y cotizan en régimen general. Hoy, el 70 % de nuestro negocio está en la previsión complementaria, no en la alternativa.

¿Qué medidas han tomado para apoyar a quienes están en situación vulnerable?

Desde hace dos años tenemos un fondo de un millón de euros para complementar rentas muy bajas. Y también reclamamos que los mutualistas tengan derecho al complemento a mínimos, que se financia con impuestos. Si todos pagamos impuestos, todos deberíamos tener el mismo acceso a las ayudas públicas, como ya ocurrió en 2013 con la sanidad universal para mutualistas.

Para terminar, ¿qué mensaje lanza a los mutualistas que hoy se sienten atrapados?

Que no están atrapados. Que si la ley permite cambiar al RETA, podrán hacerlo. Pero que lo hagan con toda la información sobre la mesa.

Nuestro compromiso es con todos los mutualistas, estén donde estén. Queremos que quienes sigan con nosotros lo hagan con confianza y plena información, y que quienes opten por otros modelos lo hagan también de forma ordenada y segura.