El Ayuntamiento de Madrid ha dado un paso decisivo para ordenar la proliferación de viviendas turísticas en la capital con la aprobación del Plan Reside, defendido este miércoles en el Pleno municipal por el delegado de Urbanismo, Medioambiente y Movilidad, Borja Carabante, quien subrayó que este tipo de alojamientos son “imprescindibles” para el desarrollo económico y turístico de la ciudad, pero siempre que “no afecten a la convivencia ni expulsen a los vecinos”.
Durante su intervención, Carabante destacó que este plan supone “la oportunidad de acertar y ordenar definitivamente esta actividad”, en contraposición a otras grandes capitales europeas “que han fracasado” al afrontar el fenómeno de las viviendas de uso turístico (VUT). En ese sentido, el Plan Reside pretende ser un modelo pionero que concilie el turismo con el derecho a la vivienda y el mantenimiento de la vida de barrio.
Modificación clave: limitación por altura
Una de las principales novedades introducidas en el texto final del plan, respecto a lo anunciado meses atrás, es la restricción de las ubicaciones permitidas para las VUT fuera del ámbito urbanístico AP001 (centro de Madrid). Así, solo se permitirán en planta baja o primera, eliminando la posibilidad de implantarlas en cualquier punto con acceso independiente, como se contemplaba inicialmente.
Un modelo de “edificio exclusivo” en el centro
En el ámbito más céntrico, el Ayuntamiento quiere acabar con la dispersión de viviendas turísticas dentro de comunidades residenciales. Por ello, Carabante anunció un modelo que priorizará los “edificios exclusivos” para turistas, evitando la mezcla entre visitantes y vecinos que, en otros casos, ha generado tensiones.
“Donde viven los madrileños, no dormirán los turistas”, sentenció Carabante, remarcando que el nuevo modelo busca garantizar el equilibrio y la paz vecinal sin renunciar a los beneficios económicos del turismo.
Tres objetivos fundamentales
El Plan Reside gira en torno a tres ejes estratégicos:
- Preservar e impulsar el uso residencial de los barrios.
- Evitar conflictos de convivencia entre residentes y turistas.
- Ordenar la oferta turística con criterios de sostenibilidad y cohesión urbana.
“Queremos que los pisos turísticos sigan existiendo porque son esenciales para Madrid, pero deben hacerlo sin perjudicar la convivencia ni convertirse en un problema para quienes viven en esta ciudad”, afirmó Carabante.