La declaración en concurso de acreedores de Actividades de Educación, Cultura y Ocio S.L. (Educo), empresa responsable durante más de dos décadas de talleres y programas municipales en distintos distritos, ha provocado que los pliegos de licitación para el próximo curso 2025/2026 queden desiertos. La situación compromete tanto la continuidad de las actividades como el futuro laboral de centenares de profesionales que ven cómo, a día de hoy, no existe adjudicatario para los servicios.
Centros culturales y programas sin adjudicar
Entre los espacios y servicios afectados destacan:
- Centros culturales de Arganzuela, que ya han interrumpido su actividad.
- Centros culturales de Barajas, cuya continuidad tampoco está garantizada.
- Centros Municipales de Mayores de Carabanchel, pendientes de nueva gestión.
- Bibliotecas Municipales y un programa de discapacidad en Las Rozas de Madrid, que podrían suspenderse si no se encuentran adjudicatarios.
En la práctica, esto significa que miles de usuarios habituales, desde niños y jóvenes hasta personas mayores, se quedarán sin acceso a actividades que formaban parte de su rutina social y cultural.
El impacto sobre la plantilla
El concurso de acreedores ha dejado a los trabajadores sin percibir la nómina de junio ni las correspondientes cotizaciones sociales. Muchos de ellos acumulan más de 20 años de experiencia en la gestión de talleres culturales municipales, pero la falta de adjudicatarios les coloca en una situación de incertidumbre para el inicio del nuevo curso.
Si en los próximos meses no se presentan empresas interesadas en las licitaciones, los programas no podrán reanudarse y los profesionales quedarán definitivamente sin empleo en 2025.
Un modelo en entredicho
La ausencia de ofertas en la licitación apunta a que las condiciones económicas y administrativas de los pliegos no resultan atractivas para las empresas del sector. Este escenario ha reabierto el debate sobre la externalización de servicios culturales y sociales en Madrid, y sobre el papel de la administración para asegurar su viabilidad.
Fuentes cercanas a la gestión de estos programas señalan que la falta de concurrencia no es un hecho aislado, sino una tendencia creciente en contratos municipales que requieren alta especialización y cuentan con márgenes ajustados.
Próximos pasos
El Ayuntamiento de Madrid deberá decidir ahora si reformula los pliegos con condiciones distintas o si explora fórmulas alternativas que garanticen la continuidad de los servicios. El calendario juega en contra: el curso cultural 2025/2026 debería arrancar en septiembre y, de no resolverse la situación en breve, los centros afectados permanecerán cerrados indefinidamente.