El 8 de marzo es un día que nace como resultado de luchas obreras y feministas, y en el que se pretende visibilizar que es necesario seguir trabajando en la búsqueda de la equidad de género y la justicia social.
Se marca como punto de origen de la toma de consciencia de este día, el triste acontecimiento, donde murieron en un incendio en una fábrica de Nueva York 123 mujeres obreras que se encontraban reclamando, nada más y nada menos, que condiciones laborales dignas.
Pero no puedo evitar preguntarme ¿por qué a las mujeres siempre todo nos cuesta más?
Y no busco victimizar, sino hablar con justo conocimiento de causa, que aún en países donde se vive en democracia la equidad sigue siendo muy difícil de alcanzar.
Aquí me voy a detener unos instantes para definir el concepto de equidad y por qué es importante hablar de equidad y no de igualdad. Equidad se podría resumir en que todos/todas tengan lo que necesitan en el momento que lo necesitan, y esa es la diferencia con el concepto de igualdad que sería que todos tengan las mismas oportunidades, ya que no todos necesitamos lo mismo.
Entonces invito a la reflexión al lector y le pregunto ¿considera que las mujeres tenemos las mismas posibilidades que los hombres, o lo que necesitamos en el momento en que lo necesitamos, aún hoy en España en el 2025?
Si tu respuesta sincera interior es sí, y estás convencido de ello me parece genial.
Pero voy a puntualizar algunos aspectos que conozco de cerca, y por lo que me animo a decir que, si bien hubo avances, aún estamos lejos de alcanzar esa equidad de género que en muchos casos hasta sigue pareciendo utópica.
Según el Instituto Nacional de Estadística Español las mujeres son madres a una edad media de 32 años, siendo que en los últimos 20 años se duplicó el porcentaje de mujeres que son madres a partir de los 40 años. Entre las causas del retraso y/o disminución de la maternidad principalmente se encuentran la falta de conciliación laboral y los bajos salarios, lo que ocasiona que las mujeres en España retrasen su embarazo en una media de 5 años.
Lo que más valoran las mujeres de un puesto de trabajo es que tenga buenas condiciones económicas, pero si se trata de mujeres que tienen hijos el factor más importante es la conciliación laboral y el horario.
También es una realidad demostrada, que los hombres ganan más que las mujeres en puestos iguales, y que si hablamos de puestos de conducción la presencia femenina es menor.
Ser mujer significa: ser sensible, hacer multitasking desde el día en que naces, emocionarte, llorar, y tener esos días que son tan molestos pero necesarios para que experimentes uno de los sucesos más maravillosos de la existencia (siempre que lo desees y quieras), que es llevar una vida dentro durante unos meses.
Reflexionemos juntos sobre todas esas mujeres, las de la historia, las que eran acusadas de brujas, de infieles, apedreadas, asesinadas, ahorcadas por ser diferentes, y en muchos casos, por rebelarse, por ser innovadoras, por llevar adelante la lucha dejando su propia vida en el camino.
Hoy dedico esta columna a las Juana de Arco, las Marie Curie, las Eva (la primera mujer que fue culpada de tentar y por lo tanto castigada), Jane Austen, Ana Frank, Maya Angelou, Sojourner Truth, Rosa Parks, Evita, Malala Yousafzi, Amelia Earhart, la madre Teresa y no podía faltar la virgen María, y tantas otras más.
Y también a todas las madres, mujeres que han emigrado, a las que más de una vez nos han acosado, nos han preguntado si estábamos embarazadas, o pensábamos tener hijos en una entrevista laboral, las que cuando caminamos por la calle de noche aún nos da miedo cuando sentimos pasos que se acercan.
A las que seguimos estudiando después de trabajar, hacer la comida, la tarea de los niños y acostarlos, las que seguimos adelante con todas esas tareas no pagas que son maravillosas pero que hacen que nos encontremos en desventaja con respecto a los hombres, salvo excepciones, y es necesario que dejen de ser excepciones, que haya equidad dentro y fuera de la casa.
Hoy dedico esta columna a las mujeres de mi familia, a mis abuelas, mi mamá y mi hija. También a mis amigas, y en un acto de reconocimiento me la dedico a mi (sin la menor intención de ser egocéntrica) que trabajo, estudio, hago un doctorado, llevo adelante una casa, la crianza de dos hijos y estoy separada.
Se puede, a veces dejamos el alma y la salud en el camino, pero siempre se puede.
EL 8M es un día de reivindicarnos y celebrarnos a nosotras mismas, no me animo a decir feliz día, porque creo que no lo es, pero reflexionemos y sigamos adelante en la búsqueda de la equidad que parece una utopía, sobre todo en esos países donde sigue habiendo matrimonio infantil y las mujeres tienen prohibido estudiar.
Porque a pesar de los días difíciles la pucha que es lindo ser mujer.