Un homenaje al héroe que murió para impedir la “Nochevieja del terror” de ETA, el guardia civil Antonio Molina Martín, asesinado por un comando etarra al que dio el alto y que pretendía colocar bombas en varios centros comerciales de Madrid

El 17 de diciembre de 2002, hace 22 años, los agentes de la Guardia Civil Antonio Molina Martín y Juan Aguilar Osuna estaban en una misión rutinaria de patrulla en la autovía de La Coruña cuando, a la altura de Collado-Villalba, sospecharon de los ocupantes de un vehículo Ford Escort con matrícula de Málaga con dos ocupantes, les siguieron ordenándoles parar.
Cuando Antonio Molina, de 27 años, primogénito de cinco hermanos, se acercó a identificarles, uno de ellos se bajó del vehículo y le descerrajó tres tiros a bocajarro que resultaron mortales.
El otro agente, Juan Aguilar, inició un tiroteo con los terroristas en el que resultó herido en un brazo, una lesión que le causó una incapacidad permanente.
En cuanto a los dos etarras, uno resultó herido y fue detenido en el lugar, por otro guardia civil que de paisano se dirigía hacía Madrid con su esposa, y al ver a sus compañeros en acto de servicio y en el suelo, paró el vehículo y sin ir armado, detuvo a uno de ellos, mientras el otro huía.
Este último, fue arrestado en San Sebastián, tras robar un vehículo a punta de pistola a una mujer que posteriormente le identificó.
En el interrogatorio, Gotzon Aramburu Sudupe y el otro terrorista Jesús María Etxeberria Garaitkoexea, confesaron el objetivo con el que habían ido a Madrid: "Sembrar el terror en la última noche del año, organizando una matanza".
Los dos etarras transportaban 180 kilos de explosivos que pretendían repartir por media docena de centros comerciales en Madrid y hacerlos explotar horas antes de fin de año, en un acción que pretendía llevar el terror a una ciudad que se disponía para vivir la noche más entrañable del año.
Cada año por estas fechas (y van 21), el Ayuntamiento de Collado-Villalba rinde homenaje al agente Antonio Molina, con la celebración de un memorial creado para reconocer la labor de este agente.
"El mejor homenaje que podemos hacer a héroes como Antonio Molina es reconocer y no olvidar nunca su valor, su entrega, su compromiso y el servicio a los demás".
Desde su asesinato, la localidad ha reconocido con honores y distinciones a Antonio Molina, como la de 'Hijo Adoptivo de la Ciudad', 'Medalla de la Ciudad', el nombramiento de la glorieta que lleva su nombre junto al Cuartel de la Guardia Civil en el que prestaba sus servicios y residía, o el pequeño monumento levantado en su honor en el lugar donde fue asesinado en la Autopista A-6, y el acto de celebración anual, cuenta con familiares y amigos de Antonio Molina, miembros de la corporación municipal y representantes de la vida social y política de la comarca.
Ambos terroristas fueron condenados a 26 años y alguna pena complementaria, pero a día de hoy, ya gozan de libertad para poder gobernar nuestro país.
Un homenaje merecido a los dos guardias civiles que salvaron cientos de vidas, entre los que puede que nos encontremos alguno de nosotros.