Tras treinta años del magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado, al parecer nada ha cambiado. El intento de asesinato a Miguel Uribe Turbay es un nuevo magnicidio que, a pesar de haber sido frustrado, por gracia divina o suerte, si se quiere, no fue así gracias a una buena seguridad por parte de la Unidad Nacional de Protección que se encuentra bajo las garras de la no disuelta guerrilla M19. Asimismo, los escoltas en la actualidad, muchos son exmiembros o inclusive miembros activos de las FARC o sus disidencias. Al igual, los nuevos sicarios menores de edad son miembros de la “primera línea”, esa misma que Gustavo Bolívar lideró en los desmanes del “estallido social” –2019-2021–, y que después este gobierno los premiaría con el programa “Jóvenes en Paz”. El sicario de 14 años que perpetró el ataque era parte de ese programa. Estos son los nuevos sicarios a la orden del crimen.
El pasado sábado 7 de junio en el barrio Modelia de Bogotá, el ataque terrorista que atentó a la vida del senador Uribe, no solo refleja que Colombia ha vuelto atrás, a la época oscura de la violencia, protagonizada por Pablo Escobar, el narcotráfico y las diferentes guerrillas. También deja ver, como el huevo de la serpiente, película de Ingmar Bergman, en la cual se queda claro que “cualquiera puede ver el futuro, es como un huevo de serpiente. A través de la fina membrana se puede distinguir un reptil ya formado”. Esto en referencia a la destrucción de la democracia alemana y su paulatina sustitución por un régimen totalitario, el nazismo.
En 1995, luego de dictar la catedra “Historia Política y Constitucional de Colombia”, Álvaro Gómez, fue abatido en las inmediaciones de la Universidad Sergio Arboleda por un sicario. Este magnicidio y posible crimen de Estado, arrebató a una de las más brillantes y honorables personalidades de la política colombiana. Al igual que Álvaro Gómez, Miguel Uribe ha tenido una carrera política que no solo es afín en ideología sino también en rectitud y valores, cosa que enardece a los criminales y bandidos de lo que quedo de la guerrilla M19 y que ahora, y desde hace ya décadas incluso tienen poder político o judicial.
Indignación solo pueden sentir los colombianos, o por lo menos la mayoría, exceptuando a los cientos de zombis que salieron del subsuelo para asistir al Concierto de La Esperanza, patrocinado por “Palestina”, tal parece, pues hasta la bandera de ese país vale más que la de Colombia para este gobierno y su mínimo porcentaje de adeptos.
Por otra parte, la situación social y de seguridad en el Valle del Cauca y Cali, no es un hecho aislado. Es algo que ha venido viéndose a medida que pasan los días de este pérfido gobierno. Debe haber un pronto cambio, pues la democracia está en jaque y se avista un auge del totalitarismo, igual al del nazismo.
Este gobierno habla de amor y de la vida, mientras se percibe es el odio y la muerte.