Fue terrible, un momento abrumador, una revelación asombrosa llevada a cabo por el presidente Sánchez al final de su segunda comparecencia ante los españoles, el lunes 16 de junio de 2025 a las cinco en punto de la tarde.
¡Eran las cinco en punto de la tarde! –Que diría García Lorca-
Era cuando Él, extraordinario prohombre con alma de niño, tan limpio y tan puro como las aguas cristalinas por las que conduce su barco, ¡Todavía no había comido!
Los periodistas que le esperaban desde las doce, tampoco, pero ya se sabe su hermosa frase solidaria: “Si necesitan ayuda, que la pidan”.
Su aparición ante las cámaras ya no era compungida y aparentemente humilde, ¡no!
Ha vuelto a las andadas, a su habitual “soy el mejor”, “el mejor gobierno de España”, “el capitán” de un país que avanza como una sardina plateada, o como un dorado salmón en los procelosos torrentes y abismos de ríos y mares.
Quizás no se entienda muy bien que tan solo tres días antes pidiera perdón in extremis a la ciudadanía
¿Perdón de qué, si no ha hecho nada?, si es prácticamente perfecto
¿Por qué pedir perdón? si lo de la corrupción de sus Secretarios de Organización (nada dijo de la de su mujer, su hermano, su fiscal etc. etc.) es simplemente un informe de la UCO que hay que probar, y bla, bla. bla?
¡Si únicamente han sido dos personas de su partido quienes han incurrido en ella! (A Koldo, Leire y largo etc. ni les cuenta).
¿Perdón de qué? si Él se sustenta en una “Enorme fortaleza por nuestro bien” y a pesar de los “ataques que sufre” (ni se sabe porque).
“Es respetuoso, es limpio, está tranquilo”… Aquí no ha pasado nada.
Y si alguno esperaba su dimisión, ¿dimitir?, ¿para que vinieran a gobernar los terriblemente malvados Feijóo y Abascal? ¿Esos monstruos que se comen a los niños crudos, que dejarían sin trabajo a todos, que devastarían y asolarían los campos, las empresas, las mieses, el bienestar y el progreso?
No y mil veces no!!! debe seguir, y poner en marcha una Agenda Maravillosa que nos hará vivir, gracias a su bondad, como Alicia en el país de las Maravillas.
Su Señoría presidencial continuará al timón por más que las responsabilidades le abrumen, por más que fuera lo que fuese y que saliera a la luz pública lo que saliese.
Y va a hacer una auditoría externa porque el coste las sobrinitas también se auditan
Y no es que le guste mandar, ni mucho menos, ni que se aferre como una lapa enferma a la poltrona por egolatría, egocentrismo, narcisismo, prepotencia…
¡Ni hablar!, es que debe cumplir su compromiso con la historia, con las gentes, con la Nación.
San Presidente, aun sin haber comido, sacrificándose in extremis, acusó repetida y repugnantemente a sus contrincantes.
Jugó apostando fuerte al ¡y que viene el COCO!, o la BRUJA, o el DEMONIO! sin asumir que EL COCO, LA BRUJA Y EL DEMONIO se alojan en su interior, tan oscuro como los apagones que provoca en este bendito país (El más progresista –dice- de todos.)
Se encuentra churruscado como un cochinillo al horno, relleno de maldad, de falsedades (volvió a mentir en su arenga subvencionada por todos (TVE), acusando a los demás de la corrupción desmedida de los suyos con el consabido ¡Y tú más!
Pero como es imposible tanto cinismo, cada vez con mayor profusión aparecen en su rostro mal maquillado y en sus párpados caídos, la implacable sombra de la locura.
No de esa locura genial que hace brillar a muchos cerebros.
La suya es la del pobre orate (persona que ha perdido el juicio, demente, perturbada, enajenada, lunática y chiflada).
La suya es la del aburrido repetidor que siempre expone lo mismo, sea cual sea la situación a la que se refiere.
La suya es la de “A chulo no hay quien me gane” y también la de “Me enroco como un centollo y de aquí no me saca nadie”.
Posiblemente tenga razón…¿No dice el refrán popular que los niños y los locos siempre la tienen?
