El dios del jaguar (en Colombia a la especie se la denomina guareté) es Tapeyóllotl, corazón del monte, a su vez, dios de las montañas, los ecos y los temblores –ello, en la cultura náhuatl.
Es el jaguar, el felino más grande de América, mismo que habita entre California y la Patagonia. Su corporeidad es de 2 metros de longitud y 80 cm, de alzada; puede pesar 300 libras (136 kg) y su pelamen es de color amarillo, con manchas en forma de anillos.
El 29 de noviembre se celebra en Día internacional por la conservación de la especie que, de acuerdo con cifras de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, ha disminuido entre 20 y 25 por ciento en las últimas dos décadas:
"La conservación de esta especie es fundamental para la biodiversidad porque si hay jaguares, eso indica que hay ecosistemas sanos", afirma E. Caicedo (Diario El Tiempo, Bogotá).
“Los días de fuego” en el Brasil, orquestados por agricultores y ganaderos para quemar la selva y zonas ya desforestadas, días reiterados con más de 1.500 focos de incendio, sin imputar ni condenar a algún responsable o irresponsable, dejaron víctimas animales y forestales, entre ellas los jaguares (panthera onca).
En el humedal del Pantanal, en 2020, que "alberga la segunda población más grande de jaguares del mundo, mostró que al menos el 45% de la población de estos felinos que habitan en ese ecosistema se vieron afectados por las llamas que ese año consumieron el 31% del área", subraya de nuevo Caicedo, quien concluye: "Básicamente se están quedando sin casa y sin comida por culpa de la acción humana".
En Bolivia, las autoridades interceptaron dientes de jaguar destinados a China; así mismo en Surinam, hay demanda china de medicina de pasta de hueso del felino. Pero, en el Departamento del Casanare, en Colombia, la conservación está muy bien (no así en la mitad oriental del Departamento del Meta).
Jaguar y memoria americana
Leemos sobre el jaguar: "En la cultura prehispánica, se asociaba con el poder, la muerte, las prácticas shamánicas, el cielo nocturno, el inframundo; pero también con la agricultura y la fertilidad".
Se le llama Ocelotl (así mismo Ocelote).
Y puede simbolizar un momento de transición, transición o renacimiento.
Confía el Ocelotl en la intuición y los instintos: permitiendo que el subconsciente nos guíe en tiempos inciertos.
Si bien el águila es sinónimo de luz, el jaguar lo es de la oscuridad en la cultura mexica. Y representa a Tezcatlipoca, dios del cielo nocturno.
El dios del sol, a su vez, se transforma en jaguar para poder viajar durante la noche por el mundo de los muertos.
El jaguar es ser o genio deletéreo, protector del campo y las cosechas.
Para los aztecas, es símbolo universal del poder político y militar.
Su personalidad es asertiva, segura y dominante.
De igual forma es libertad y flexibilidad. Inteligente y hábil; domina con gran poder terrenal.
Amante de la soledad, su rugido –se advierte— es como la madera que se corta; lo profiere, guturalmente, cuando quiere o pretende ser escuchado.
Cifradamente es un 9, es decir, transformación y comienzo de un nuevo cielo. De verdad, se asocia al poder regenerativo de la Naturaleza y la Tierra fecundante.
En definitiva: el jaguar, una realidad simbólica para el presente y el futuro americanos.