La mirada de Ulisas

Luc Ferry le da un matiz a la filosofía que perfuma nuestro existir

Luc Ferry
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LA MIRADA DE ULISAS se precia de amar la filosofía como un camino a la reflexión y al conocimiento del hombre y del mundo. Es una disciplina intelectual que me apasiona y hacerle un recorrido por la Historia es parte de mis placeres más intensos. Me abre la posibilidad de visualizar con mayor claridad los conceptos, revaluarlos y además me permite abrazar al hermano con mi mirada más amorosa, al poderla cargar de una filosofía de vida que me enlace con el sentimiento de mi semejante. Exaltar la tolerancia y el respeto al prójimo es un llamado. Para lograrlo no desatiendo cualquier medio que me invite a ampliar mi mente. Por ello, cuando me detengo en filósofos como Luc Ferry me fascina absorber sus palabras. Me conducen por los laberintos más misteriosos y presentes de la filosofía universal, que además como bien lo dice: la filosofía no es como la ciencia que caduca con sus búsquedas y sus avances. En cambio, los conceptos filosóficos no pierden vigencia. Conservan los enfoques de cada filósofo, que han entregado su esquema ideológico por responder a temas que siempre han ocupado la mente y el corazón del hombre. Por ello, y por sólo nombrar algunos como: Aristóteles, Platón, Espinosa, Kierkegaard y tantos otros que han sido iluminadores para la humanidad al arrojar la sabiduría de sus planteamientos, me pliego ante sus consideraciones. 

Luc Ferry a quien tuve el honor de conocer hace unos 30 años en la fría ciudad de Bogotá, que hoy goza de un clima más caluroso, como muchos lugares del mundo que padecen del calentamiento global, me impactó por su viva inteligencia y locuacidad. Como buen filósofo y político que es sabe hablar y decir cosas importantes a los espíritus buceadores de la filosofía universal. Debo reconocer que en aquel entonces mi mirada, siempre inquieta, se detuvo en este personaje que para aquellos días gozaba de juventud y de mucha presencia intelectual y visionaria. Luego durante el gobierno de Jacques Chirac fue nombrado ministro de educación y de la juventud en Francia, país de su origen de nacimiento. Sus grandes capacidades intelectuales lo han llevado a las aulas de las más importantes facultades de filosofía. Le encanta enseñar y lo sigue haciendo desde interesantes programas que mantiene en YouTube para difundir a los grandes filósofos de la humanidad. Los conoce y los entrega con su manera de abordar la filosofía para hacerla asequible a muchos públicos. Es un deleite escuchar sus cursos. Y lo hace de un modo tan ameno que la filosofía se nos hace menos complicada de lo realmente es. Este gran filósofo que es Luc Ferry le da un matiz a la filosofía que perfuma nuestro existir. Le devuelve un aroma, anfitrión del gran conocimiento universal. Ha publicado numerosos libros. Su trayectoria ha sido muy notoria. Y ha sido el defensor de sociedades laicas. Durante el ejercicio de su ministerio, impuso reglas de preservación de la laicidad en los colegios evitando el porte de velos o símbolos que impongan la religión en los ámbitos escolares con la ley Velo. Y en una entrevista que le hicieron pesqué parte de sus respuestas sobre el mundo a venir, sobre todo luego de la pandemia del Covid que azotó al planeta al dejar todo rincón afectado.

-¿Cambiarán las prioridades?

-La verdad es que será necesario recuperar la riqueza y los trabajos perdidos, hacer inmensos esfuerzos para volver al nivel de prosperidad que habíamos logrado adquirir, en todos los campos, desde la Segunda Guerra Mundial. Si no queremos caer desde lo alto, es mejor desconfiar de la increíble capacidad de recuperación que expresan hoy los ideólogos que llevan las aguas a su molino  para vendernos su “mundo después”, envuelto en rosa o verde. Los ecologistas nos explican que finalmente acabaremos con el productivismo, encontraremos el aire y la naturaleza limpios como eran antes del mundo industrial, que la frugalidad volverá a reencantar el mundo, que nos olvidaremos de cruceros y viajes aéreos, como si las pandemias hubieran esperado al capitalismo y el turismo de masas para abatirse sobre la humanidad. Por lo tanto, es exactamente lo contrario de lo que dicen estas ideologías antieconómicas, y por tanto antisociales, lo que tendremos que hacer para evitar la catástrofe que se avecina en el horizonte. Sin crecimiento, son los pobres, no los ricos, los primeros en sumergirse en la miseria. Cafés, restaurantes, pequeños comercios y pymes irán a la quiebra, provocando desempleo e infelicidad en las familias. Siempre podemos soñar con otro modelo, pero mientras más soñemos, más difícil será el despertar.

Y aquí retomo algo que me interesó en la entrevista concedida a la prensa y de la que seleccioné apartes para dar un perfil de esta destacada figura que mantiene la palabra firme y sin temblor. Sabe husmear la condición humana.

-¿Y eso aumenta el miedo y la incertidumbre?

-Para Ulises, ¡que no es Ulisas como me denomino yo! o para un estoico, la muerte lo unía al orden cósmico, como un fragmento de un rompecabezas se encaja en el cuadro general. Y como el cosmos era eterno, al morir uno se convertía, por así decirlo, en un fragmento de la eternidad. La respuesta cristiana fue aún más hermosa, ya que nos prometió la resurrección del cuerpo y el reencuentro con los que habíamos amado. En las religiones de la salvación terrenal, en ausencia de una divinidad benévola, al menos quedaba piedra y mármol: allí estaban grabados los nombres de los héroes que murieron por el país, de “eruditos y constructores”, una placa destinada a desafiar el tiempo, conservaba  su memoria. Para los no creyentes, estos recursos de la gracia han desaparecido. Sin embargo, son cada vez menos numerosos en las sociedades occidentales y, en particular, en Europa. Lo único que les queda por hacer es frenar los cuatro hierros de cara al funesto plazo límite, lo que en mi opinión explica la nueva escala, en rigor inaudita, de las reacciones de angustia y encierro que observamos frente a la pandemia.

Y yo, desde la mirada de Ulisas que soy, añadiría que frente a las guerras que nos dejan en desespero, tan presentes hoy día, con demasiadas dudas sobre el mundo por venir, resulta una necesidad colmarnos de filosofía para aprehender mejor la esencia de la existencia con mayor sabiduría al afrontar nuestro cotidiano. Nunca se puede estar apartado de la filosofía; gran ayuda para sondear la vida. Se aplica en cada momento de nuestras horas, ya sea frente al amor, la muerte, la política, el futuro de la humanidad, la salud, los peligros de la tecnología etc…. Luc Ferry nos ilustra con su sapiencia. Sus aportes nos permiten viajar por la imaginación para alcanzar un conocimiento más profundo de nuestra realidad y sentirnos parte de los procesos que habitan nuestro espíritu. Preguntas que tal vez hallen buenas respuestas cuando a la filosofía se le conceda su puesto y su brillo.

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