Incendios

Ecofire, el invento español que revoluciona la lucha contra incendios pero aún no se implanta a gran escala

Una fórmula 100% orgánica y hasta comestible que es hasta 100 veces más eficaz que el agua y que ya se utiliza en pueblos aislados, pero no se aplica aún como política nacional pese a la oleada de incendios.

Incendio de Navaluenga
photo_camera Incendio de Navaluenga

En el peor verano en décadas para los montes españoles, donde más de 348.000 hectáreas han ardido en lo que va de 2025, un invento español que promete cambiar por completo la lucha contra el fuego sigue sin ser adoptado de forma generalizada por las administraciones. Se trata de Ecofire, un líquido biodegradable, no tóxico, higroscópico y eficaz hasta 100 veces más que el agua, capaz de extinguir incendios forestales, industriales y hasta fuegos provocados por baterías de litio en cuestión de segundos.

El creador del compuesto es César Sallén, un inventor aragonés que, tras la pérdida de un vecino en un incendio en la Sierra de la Culebra en 2022, se propuso encontrar una alternativa más eficaz que el agua. El resultado es una solución completamente orgánica, compuesta por extractos vegetales, que no necesita ningún tipo de adaptación técnica por parte de los equipos de emergencia: puede aplicarse con motobombas, camiones cisterna, helicópteros o aviones.

¿Cómo funciona Ecofire?

Ecofire actúa creando una capa carboxílica protectora sobre las superficies expuestas al fuego. Esta barrera se activa automáticamente cuando el material tratado alcanza los 90-95 °C, impide el acceso del oxígeno, bloquea la propagación del calor y encapsula el humo. Gracias a esta doble acción (térmica y química), el fuego se extingue sin reactivarse. El producto no es corrosivo, no contamina, ni deja residuos. Es tan seguro que puede aplicarse sobre cultivos, animales e incluso personas sin riesgo alguno.

Su naturaleza higroscópica hace que permanezca activo durante días, absorbiendo humedad ambiental y funcionando como barrera preventiva en temporadas de alto riesgo. Solo una lluvia superior a 10 litros por metro cuadrado logra eliminarlo del terreno.

¿Dónde se está usando?

Pese a sus notables capacidades, Ecofire aún no se ha desplegado a nivel estatal ni en los grandes operativos antiincendios. No obstante, algunas administraciones locales comienzan a confiar en este avance. La Diputación de Huesca ha distribuido kits de Ecofire en municipios alejados de parques de bomberos, como Torla, Beranuy, Agüero, San Juan de Plan y Hecho. La idea es empoderar a brigadas municipales para contener fuegos incipientes donde el tiempo de respuesta de los bomberos supera los 30 minutos.

Además, empresas privadas y organismos públicos como Iberdrola, la EMT o la automovilística Seat han participado en demostraciones de Ecofire para la extinción segura de incendios en baterías de litio, una amenaza creciente con la expansión de los vehículos eléctricos.

¿Por qué no se implanta a gran escala?

Pese a la efectividad demostrada, Ecofire no se ha integrado aún en la estrategia nacional contra incendios. Según fuentes del sector, las razones son múltiples:

  • Inercia institucional: el uso del agua sigue siendo el método dominante, pese a su limitada eficiencia y gran consumo.

  • Desconocimiento y burocracia: muchos responsables públicos no conocen el producto o lo ven como una “solución milagro” que requiere validaciones adicionales.

  • Intereses económicos: el mercado de productos antiincendios está dominado por grandes fabricantes internacionales con intereses establecidos.

  • Falta de inversión pública en innovación aplicada al territorio, especialmente en materia de prevención.

Un cambio de paradigma pendiente

Con más de 220 grandes incendios en lo que va de año y una superficie quemada superior a la de 2022, urge repensar las herramientas y estrategias empleadas en la lucha contra el fuego en España. Ecofire, con su eficacia, bajo coste operativo y nulo impacto ambiental, se presenta como una solución realista y lista para su implementación inmediata.

La pregunta es si el sistema responderá a tiempo o seguirá confiando en medios tradicionales que se están demostrando insuficientes ante la creciente magnitud del problema. Como señala el propio Sallén: “Tenemos drones, satélites y tecnología punta, pero seguimos apagando incendios como los romanos: con cubos de agua.