Avanzan los trabajos de recuperación ambiental del Monte de Viñuelas en Tres Cantos

La Comunidad de Madrid continúa avanzando en los trabajos de restauración ambiental del Monte de Viñuelas, en el término municipal de Tres Cantos, una de las zonas naturales más afectadas por los incendios forestales registrados el pasado verano en la región.
Restauración Monte de Viñuelas en Tres Cantos - Foto Comunidad de Madrid
photo_camera Restauración Monte de Viñuelas en Tres Cantos - Foto Comunidad de Madrid

El Gobierno autonómico ha destinado una inversión superior a los 400.000 euros para recuperar un total de 116 hectáreas, correspondientes al área más dañada por el fuego.

Las actuaciones, que comenzaron el pasado mes de octubre, se desarrollan con carácter urgente y tienen como objetivo frenar el deterioro del suelo, favorecer la regeneración natural de la vegetación y restablecer el equilibrio ecológico de este espacio protegido. La previsión es que los trabajos se prolonguen hasta febrero de 2026.

Un plan de restauración urgente en la zona más afectada

El Monte de Viñuelas fue el enclave que sufrió mayores daños durante la campaña de incendios estivales de este año en la Comunidad de Madrid. Tras el siniestro, la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior analizó imágenes satelitales y bandas de infrarrojos que confirmaron la carbonización total de amplias superficies vegetales, lo que motivó la activación inmediata del plan de restauración.

En total, el Ejecutivo regional actúa sobre 116 hectáreas con una inversión de 403.198 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses, priorizando las zonas con mayor riesgo de erosión y pérdida de biodiversidad.

Actuaciones para favorecer la regeneración del ecosistema

Desde el inicio de los trabajos, ya se ha intervenido en el 21 % del terreno afectado, lo que equivale a unas 24 hectáreas. Entre las principales actuaciones realizadas destaca el corte manual de la vegetación calcinada, una medida clave para facilitar el rebrote natural de especies autóctonas.

Asimismo, se están instalando sistemas de protección contra la erosión en áreas especialmente sensibles, como laderas con pendientes superiores al 20 %, cauces y vaguadas, con el fin de evitar el arrastre de suelo y nutrientes tras episodios de lluvia.

Protección del suelo, la fauna y los recursos hídricos

En el resto de la superficie afectada, los trabajos se centran en el acordonamiento de los restos vegetales y árboles supervivientes, una técnica que permite reducir la insolación, proteger el suelo y favorecer la integración progresiva de la vegetación en el ecosistema.

Además, para prevenir la contaminación de las masas de agua por cenizas, se están construyendo barreras de madera en las dos charcas principales del entorno. Estas infraestructuras se complementarán con la instalación de refugios para anfibios en zonas húmedas, reforzando así la protección de la fauna local.

Evitar daños irreversibles y recuperar el equilibrio natural

El objetivo principal de esta intervención es frenar procesos erosivos que podrían resultar irreversibles y evitar desequilibrios en el hábitat, especialmente los provocados por el arrastre de cenizas hacia cauces y puntos de agua. Al mismo tiempo, se busca retener los nutrientes del suelo para facilitar la regeneración natural del monte antes de que las lluvias intensas aceleren su pérdida.