Así lo anunció Borja Carabante, delegado de Urbanismo, Medioambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, tras la segunda Comisión de Calidad del Aire de este mandato.
Niveles de contaminación históricos y cumplimiento de la normativa europea
Carabante destacó que Madrid mantiene los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) más bajos de la serie histórica, cumpliendo con la Directiva Europea de Calidad del Aire. Además, el Protocolo para episodios por contaminación, vigente desde 2015, no se ha activado desde hace cuatro años; la última vez fue entre el 16 y el 18 de diciembre de 2021, cuando se limitaron las velocidades en la M-30 y en los accesos a la ciudad.
Desde el año 2000, la reducción de GEI en Madrid alcanza un 53%, frente a la media española del 29%. A pesar de que la población madrileña ha aumentado en 261.798 habitantes desde 2019, pasando de 3.266.126 a 3.527.924 empadronados, la emisión per cápita se ha reducido del 3,2% al 2,7% del total nacional, evidenciando un avance sostenible a pesar del crecimiento urbano.
Transporte público y movilidad sostenible como factores clave
El delegado atribuyó estos resultados a políticas como la Ordenanza de Movilidad Sostenible, que regula las zonas de bajas emisiones y el estacionamiento, junto con medidas de eficiencia energética, renovación del espacio público y fomento del transporte público.
En este ámbito, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid cerrará el año con más de 500 millones de viajes, un récord histórico para la ciudad que refleja el impulso del transporte colectivo y la preferencia de los ciudadanos por medios sostenibles.
Además, la edad media de los vehículos particulares en Madrid es actualmente de 10 años, frente a los 13 años de la media nacional, gracias a las subvenciones al achatarramiento y renovación de automóviles, lo que también contribuye a la disminución de emisiones contaminantes.
Reconocimiento a la ciudadanía y compromiso ambiental
Carabante resaltó que el éxito de la política ambiental de Madrid se debe, sobre todo, a la colaboración de los ciudadanos, familias y empresas, quienes han adoptado prácticas sostenibles que han hecho posible esta “revolución en la movilidad y la sostenibilidad urbana”.
Actualmente, ninguna de las 24 estaciones de medición de la ciudad supera los 31 μg/m³ de NO2, muy por debajo del límite anual de 40 μg/m³ fijado por la normativa europea, lo que confirma la efectividad de las políticas implementadas en los últimos años.