Paseando por las calles de Belgrado abundan en los puestos y tiendas de souvenirs los imanes con las imágenes de Tito, el mapa de la antigua Yugoslavia y objetos de simbología partisana, como estrellas rojas, bustos del caudillo comunista, camisetas, uniformes de la época, gorras de miliciano comunista, medallas, sellos y monedas. Todo lo que recuerda a la antigua Yugoslavia, que desapareció tras las independencias de Croacia y Eslovenia, en 1991, sirve a esta auténtica fiebre consumidora de muchos miles de yugoslavos y también extranjeros que devoran estos artículos que recuerdan al antiguo Estado comunista desaparecido.
El asunto, evidentemente, es un fenómeno que se da en casi todas las ex repúblicas ex yugoslavas, pero muy especialmente en Bosnia y Herzegovina, Serbia, Montenegro y Macedonia, donde la desmembración de Yugoslavia fue más traumática y algo menos en Croacia, Eslovenia y Kosovo. Pero la furia de la yugonostalgia ha atravesado fronteras y ha unido a antiguos ciudadanos de las ex repúblicas yugoslavas incluso en el exterior.
Por ejemplo, en Viena se ha creado el Coro 29 de Noviembre, llamado así por la fecha en que se declaró la República Federal Popular de Yugoslavia en 1945, y que reivindica abiertamente el pasado histórico y la herencia social, económica y política de esa Yugoslavia que se vino abajo y fue devorada por las guerras intestinas. El grupo está formado por miembros de todos los países de la ex Yugoslavia. Su objetivo inicial fue desafiar el nacionalismo que surgió en la comunidad de la diáspora durante y después de las guerras.
¿Pero qué es realmente la yugonostalgia?
Este término tiende a denominar a una multitud de fenómenos que aparecen, y que tienen en común evocar de una manera, más o menos abiertamente, nostálgica aspectos diversos del pasado yugoslavo. El analista Miguel Palacios Cruz se refiere a esos aspectos nítidamente: “Uno de los ejemplos que más se mencionan cuando se habla de la yugonostalgia es el de la popularidad que en toda la antigua Yugoslavia ha seguido manteniendo la música yugoslava de los años 70 y 80. Pero no es el único. Está también la utilización nostálgica en la comercialización de productos de consumo de símbolos y personajes vinculados con el pasado yugoslavo.
Para Zala Volčič, una profesora eslovena de la Universidad de Queensland (Australia), detallaba en su trabajo de 2007 «Yugo-Nostalgia: Cultural Memory and Media in the Former Yugoslavia» señala cuáles eran, a su parecer, los rasgos fundamentales constitutivos de la identidad yugoslava. Esta identidad estaría construida a través de la existencia un espacio cultural especifico formado por los siguientes elementos: los programas televisivos y radiofónicos (de noticias principalmente), la música (el yugo-rock), los productos de consumo distintivamente yugoslavos, y los deportes.
Para Miguel Palacios, “Una de las ideas más interesantes que maneja Volčič es el carácter paradójico y contradictorio del fenómeno de la yugonostalgia. Por un lado, la yugonostalgia puede entenderse como consecuencia del sentimiento de pérdida y el anhelo por la sociedad socialista yugoslava previa a la desintegración del estado común. Pero, por otra parte, este sentimiento de pérdida es instrumentalizado por lo que podría denominarse “industria de la nostalgia” para obtener un beneficio económico, hasta tal punto que una parte de las manifestaciones de la yugonostalgia pueden ser atribuidas a la aparición en las repúblicas ex yugoslavas de una industria de la nostalgia. Y no deja de ser paradójico que el anhelo por una sociedad socialista desaparecida pueda ser, y sea, explotado comercialmente a través de mecanismos diseñados dentro de la lógica de la producción global capitalista”.
Pero también esta yugonostalgia y añoranza por un mundo perdido tiene mucho que ver con la situación social, económica y política en las seis ex repúblicas yugoslavas y en Kosovo y cómo la misma es percibida negativamente por muchos de sus habitantes. En este sentido la yugonostalgia tendría un sentido crítico, tal como señalan dos autores que han investigado sobre el asunto, como Monika Palmberger y la ya citada Zala Volčič. Ambos apuntaban que dicha crítica del presente es otro factor de mucha relevancia a la hora de explicar la yugonostalgia.
Para algunos autores, como Iva Pauker, dicho término, en su vertiente negativa, ha sido usado por los que apoyaron la disolución del estado federal para criticar a ciertos sectores de anacrónicos, poco patriotas, etc. Durante las Guerras Yugoslavas, el adjetivo "yugonostálgico" era de uso más o menos común por parte de algunos medios de ciertas ex repúblicas yugoslavas, principalmente Croacia y, en menor medida, Bosnia y Herzegovina, para desacreditar a sectores opuestos a los procesos de independencia en ambos países. La fallecida escritora croata Dubravka Ugrešić va más allá y asegura que el término yugonostálgico es usado para desacreditar a una persona y describirla como un enemigo público y como un “traidor" en la sociedad croata emergente tras la independencia del país.
La yugonostalgia, como señalaba la escritora croata, tuvo. un origen peyorativo, pero, con el paso del tiempo,“la Yugonostalgia también se convirtió en un término que permitía otras perspectivas más allá de denigrar el pasado yugoslavo. La transición hacia el capitalismo no fue sencilla en ninguno de los nuevos Estados, lo que provocó que parte de la población mirase hacia el pasado, lamentándose de aquello que habían perdido.
Para concluir estas reflexiones, he encontrado en un blog de viajes, en donde escribe sus notas y comentarios Carla Viiloria sobre los lugares que visita, esta buenísima definición de la yugonostalgia y la comparto con ustedes: “La yugonostalgia se refiere a la añoranza emocional de una época pasada, cuando los estados divididos formaban parte de un solo país. Se refiere a un apego emocional a aspectos subjetivos y objetivamente deseables de Yugoslavia, a menudo descritos como la seguridad económica, el sentido de solidaridad, la ideología socialista, el multiculturalismo, las costumbres y tradiciones, y un estilo de vida más gratificante”.