El flamenco ha conseguido musicalizar la poesía española de la manera más auténtica. Quizás solamente Paco Ibáñez había logrado tanta naturalidad y sinceridad a la hora de llevar la palabra (que ya en sí misma es música) a la música. El cante de José Parra iluminando las coplas de Marinero en tierra; la voz con rajo de Camarón cantando algunos versos de Así que pasen cinco años; la voz herida de Enrique Morente, que, con los versos de San Juan, hace llorar al aire han conseguido que el verso encuentre su cauce en el espejo invisible de la música, expresando de esta manera las máximas gradaciones de Pena y alegría que sólo en la garganta flamenca se pueden fraguar.
En el disco Poeta (1997), el guitarrista Vicente Amigo musicaliza algunos poemas y fragmentos de poemas de Alberti (especialmente del poemario Marinero en tierra), para que sean cantados por el cantaor José Parra. Se trata de una obra para guitarra, cante y orquesta, en la que Leo Brouwer dirige a la Orquesta Sinfónica de Córdoba y además realiza las orquestaciones.
En este disco, la voz de José Parra consigue que las seguidillas del poema “Negra-flor” de Marinero en tierra, se conviertan en coplas flamencas. La alegoría de la flor encuentra en la música el destello artístico de la Pena.
En el tema de Camarón, “La leyenda del tiempo,” (que se toca por jaleos, un palo de flamenco) el sueño y el tiempo son dos voces que dialogan y que, a veces, se funden en una misma. Este tema aparece en el disco homónimo de 1979, cuyo título viene de una obra de teatro de Lorca Así que pasen cinco años, subtitulada La leyenda del tiempo en tres actos.
En este tema, las guitarras de Tomatito y Raimundo Amador desgarran el aire; la batería y el bajo eléctrico entran con mecha y candela. Justo antes de que suene la voz de Camarón, la batería hace un redoble cuya fuerza y expresividad son memorables. El grupo de rock progresivo Triana ya había logrado meterle batería al compás flamenco, no obstante, esta batería de Antonio Moreno en “La leyenda del tiempo” supera todos sus precedentes.
En “La leyenda del tiempo” el flamenco, el rock progresivo y la poesía se funden para crear una obra maestra, un parteaguas que va a marcar a todo el flamenco fusión que se hizo después, así como a muchos otros artistas de diversos géneros y estilos.
En el disco Lorca (1998) Enrique Morente musicalizó una serie de poemas y fragmentos de dramas del poeta granadino; se trata de un disco casi totalmente dedicado a los versos de Lorca; no obstante, también incluye un poema de San Juan de la Cruz, “Cantar del alma que se huelga de conocer a Dios por fee,” que en el disco aparece con el título de “Cantar del alma.” Queremos destacar este poema especialmente porque es un muy buen ejemplo de cómo el flamenco hace suya la poesía mística de la manera más natural. Igual que el místico, el cantaor en última instancia busca que el alma se salga del cuerpo, para entrar en comunión con el duende.
El verso que canta el flamenco encuentra en la voz con rajo la expresión de su esencia: la Pena adquiere otros matices; el paradigma semántico se llena de nuevas significaciones; la palabra se enriquece con el simbolismo no referencial de la música.