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Museos por la educación y la investigación

Esta semana los museos han dedicado programaciones especiales enmarcadas en la celebración del Día Internacional de los Museos, habitual el 18 de mayo de cada año y que promueve desde 1977, el ICOM (International Council of Museums) institución de carácter internacional creada en 1946, asociada a la UNESCO y encargada de velar por la cooperación entre ellos. Con tal motivo, en estos días los museos adquieren mayor visibilidad y buscan una mayor complicidad con el público; cuidan al máximo sus actividades y ponen a disposición de los visitantes toda una serie de eventos definidos a partir de la particularidad de cada institución con el fin de recordar sus funciones, su razón de ser unida a los múltiples beneficios que aportan a la sociedad, entre ellos la abolición de las fronteras sociales, al ofrecer a todos los grupos que la integran contenidos determinados en sus diferentes grados. Los museos de todo el mundo suenan al unísono diseñando actos, habilitando programas que hagan más próxima la conexión con el público para facilitar la labor enriquecedora y educativa con el aporte de los valores estéticos implicados en los planteamientos pedagógicos.

Planes especiales de acceso a las colecciones, gratuidad en la entrada, visitas comentadas o la ampliación de los horarios para acceder a salas e instalaciones, con la suma de actividades extras: conciertos, talleres, acciones experimentales, constituyen una gran parte de los programas. Y en definitiva, son estos días la mejor ocasión para valorar el papel que la institución museística ha logrado a lo largo de los años y la gran capacidad que tiene para la transformación de la sociedad anticipándose al futuro o acercándose a los problemas que la afectan.

Unidos por un tema central que cada año cambia, el ICOM ha elegido esta vez un asunto esencial: “Museos por la educación y la investigación”. La investigación es un asunto esencial en el desarrollo del museo, tanto en su vida interna como externa, al ser un centro de estudio en el que concurren especialistas que buscan conocimientos sustanciales, adicionales a su trabajo; el museo cuando cumple esa misión alcanza nuevos objetivos, actualiza sus contenidos gracias a las aportaciones científicas que pueden llegar del propio museo, por medio de los conservadores o del exterior a través de colaboraciones con estudiosos y especialistas, del ámbito privado, de instituciones académicas y fundaciones de la creación de equipos multidisciplinares que en la misma dirección y con similares horizontes llevan a cabo los correspondientes estudios, contactos e intercambio de conocimientos. Ciertamente la investigación es parte esencial en sus programas, aunque no siempre fue abordada con holgura y en su significado, en parte, por la falta de presupuestos o porque la prontitud necesaria en determinados aspectos de la programación como son las exposiciones, la conservación de las colecciones, o los correspondientes y puntuales programas pedagógicos, se sobrepone a esa labor minuciosa y de entera dedicación, que no arroja resultados inmediatos. Otro asunto preocupante que afecta con mayor frecuencia a determinados museos europeos es la politización a la que se ven sometidos, siendo entendidos por los poderos públicos como un arma para actuar a favor de determinadas ideologías. 

Al ser generalmente instituciones que dependen en sus presupuestos del soporte público, son sensibles a este tipo de injerencias y se ven instadas, en ocasiones, a variar con frecuencia las líneas de actuación impulsadas por patronatos, directores y equipos cambiantes y con objetivos contrarios a la propia razón de ser de la institución. Sin embargo esa práctica no es habitual en los museos norteamericanos que se gestionan en su totalidad con presupuestos privados y por ello están tradicionalmente lejos de los vaivenes políticos gozando de mayor independencia y sosiego a la hora de planear a largo plazo el rumbo a seguir.

En su larga historia y desde finales del siglo XVIII, cuando las colecciones reales pasan a formar parte del Patrimonio Nacional (British Museum, Galería del Louvre, Museo del Prado, Rijksmuseum), los museos han evolucionado logrando nuevos cometidos. Pionero en promover cambios fue el el Metropolitan Museum de Nueva York, fundado en 1870 al fomentar actuaciones inéditas y adelantadas que centrarán las bases de los museos americanos, desmitificando el antiguo concepto de la institución con novedosas actuaciones entre ellas la relativa a la comunicación externa. Ofrecía ya entonces el Metropolitan un boletín informativo con sus actividades: compras, exposiciones temporales, conciertos o conferencias e incluso una revista dirigida a la enseñanza escolar. Iniciaba de ese modo una radical transformación que serviría de ejemplo en los años siguientes y en otros países.

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