Estas columnas de opinión, son eso justamente, algo que surge desde la subjetividad de la propia mirada, lejos está de este escribiente pretender la objetividad alejada de la propia humanidad, y en el acápite de hoy seré más subjetivo que nunca, ya que todo ha pasado en este más de medio siglo de vida que llevo caminando este planeta.
Se habla una y otra vez del “milagro argentino”, cada candidato a Presidente, luego de alguna de las crisis vuelve a llevar a la Argentina al “milagro” de la baja de la inflación, al aumento en la producción y a la gran promesa de Argentina de convertirse en una potencia mundial, sin embargo, una y otra vez los hacedores de milagros nos han demostrado que lejos están de convertirse en “salvadores”.-
Cuando se tiene la oportunidad de hablar con extranjeros que conocen algo de la Argentina, la pregunta suele ser la misma, ¿por qué con todas las riquezas que tiene no pueden ser un país próspero? Una respuesta que he ido encontrando a lo largo de mi vida y que es sólo una conjetura personal.
Aquella riqueza en recursos naturales (Según cuenta una leyenda, cuando Dios estaba haciendo el mundo se sentó a descansar por aquí, se quedó dormido... y sin que se diera cuenta se le cayeron todas estas cosas hermosas… Dice Raquel a Mafalda ante la sorpresa de un paisaje del sur argentino) es su propia condena, el egoísmo y la corrupción llevan una y otra vez a caer en la tentación de la explotación, a la obtención de dineros de dudosa procedencia, y un interminable cúmulo de etc., que estamos demasiado acostumbrados a escuchar.
Sin embargo y pese a todo, yo creo que sí existe un milagro argentino, su gente, el argentino es una raza única, acostumbrado a las crisis ha aprendido a desarrollar una capacidad de resolución extraordinaria, es capaz de adaptarse a todos los climas y a todas las sociedades, encontrarás un argentino en cada lugar donde se te ocurra ir. Verás que un argentino es europeo dentro de su tierra (por lo menos hablando de la Ciudad de Buenos Aires, no ocurre lo mismo en todo el país) pero fuera del país es argentino y latino, ama sus raíces argentinas, pero también ama las raíces de sus abuelos, vive en esa extraña expansión de corazón sin frontera, donde sea y donde esté se destaca. En este gran país donde todo cuesta el triple de esfuerzo y de precio, siempre hay valientes que demuestran que imposible es sólo una palabra. Todos conocemos a Messi, a Maradona, al Papa Francisco, a Manu Ginóbili, Borges, Cortázar, Piazzolla, Schifrin, Favaloro, Susini, etc. Pero también existe un Pedro Opeka que ha
rescatado a más de 500.000 personas de la miseria más absoluta en Madagascar, o un joven empresario como Nicolás García Mayor que ha llegado a muchísimos países con su proyecto de CMAX que nació como respuesta humanitaria, o al Dr. Abel Albino con la obra de Conin luchando contra la desnutrición en un país que genera alimentos para más de 300 millones de personas. La lista es interminable, personas que se han abierto paso en este mundo, y dentro de la propia tierra.
Ninguna de mis palabras va en desmedro alguno de ninguna Nación que nos recibe, todo lo contrario, es un canto al corazón agradecido de ancestros que se fueron a poblar con sus culturas aquellas tierras de esperanza, y el retorno de los nietos que descubren cada historia de otras tierras que un día les contaron.
Yo sé que muchas veces se nos tilda de arrogantes (creo que se refieren también a cierta parte de habitantes del país), a veces la arrogancia encubre inseguridades, hemos crecido en ambientes inestables, sin certezas, aprendimos a vivir el día a día, peleamos una guerra con jóvenes soldados inexpertos pero que despertaron a los hombres y mujeres interiores, valientes y de gran coraje enfrentando a uno de los imperios bélicos más poderosos del mundo. Todavía tenemos una historia con herida abierta. Sin embargo si tuviera que explicarte el milagro argentino con pocas palabras te diría que recorras algún día el sur con sus vientos eternos, o el norte con su gente maravillosa y sus colores infinitos, con un sol que te arranca la piel, y un frío que te destroza, que descubras Chubut, Rio Negro, Mendoza, Jujuy, Catamarca, cada Provincia Argentina tiene pequeños milagros cotidianos, arraigo de otros tiempos que resiste en retirarse.
El gran milagro, es vayas donde vayas, que podrán vernos caídos, derrotados, pero siempre volveremos a levantarnos.