Pasada una semana del gran apagón y sin la más mínima explicación del gobierno al respecto más allá de intentar culpabilizar a los operadores privados, quienes ya venían advirtiendo del problema, parece cada vez más claro que radica en Redeia, veredicto del soberano mercado, de ahí su descalabro en Bolsa esta semana.
Para quien no conozca la compañía, puede señalarse de una manera simplificada que cuando damos al interruptor intervienen diversas empresas, unas generadoras, otras distribuidoras y en el medio la red. Similar pasa en el sector ferroviario, CAF o Talgo construyen las máquinas y vagones, la red es de ADIF y RENFE y Ouigo o Iryo ofrecen el servicio de transporte. O abundando en el ejemplo, Irízar y Solaris construyen autobuses, circulan por la Autopista León Asturias, propiedad de un fondo de pensiones holandés y ALSA transporta. Lo mismo pasaría con Enagás en su sector.
A la vista de estos ejemplos parece que ante un problema generalizado como el del pasado 28 de abril, donde primero hay que centrar el tiro es en la infraestructura, en este caso Redeia (REE, su ticker en Bolsa) y dejar de tirar balones fuera aseverando que es la mejor red del mundo. Lo mismo decía Zapatero a finales de 2008 poco antes de hundirse la mitad del sistema financiero, la Cajas de Ahorro, banca pública. El Estado ostenta el 20% del capital en REE. Podría parecer que se trata de una empresa privada por el restante 80% en en otras manos, como el 5% en las de Amancio Ortega a través de Pontegadea, porcentaje máximo por ley para quien no sea la administración pública, pero es controlada por el gobierno ya que designa al presidente, en este caso una persona ajena totalmente al sector y que no ha gestionado una empresa nunca. Repito, nunca. No menos importante es el manejo del B.O.E. en un sector totalmente regulado que actúa en régimen de monopolio.
Para quien piense que se trata de un problema doméstico, cabe señalar las graves consecuencias que delatan las claras palabras de Bill Oplinger, presidente mundial de Alcoa, empresa americana con planta en Lugo: “Si la red no entiende lo que ha pasado, es muy difícil tener un negocio electrointensivo en un lugar que no puede garantizar que la electricidad se mantenga”. Añádase a un gobierno que desprecia lo que no sea público la carestía de la energía eléctrica en comparación con cualquier país europeo, ya que hemos estado pagando en el recibo cualquier otra cosa menos el consumo, como moratoria nuclear, minería de carbón que nos ha salido a precio de oro, déficit de tarifa e innumerables impuestos. Mézclese todo y pregúntense por qué nos estancamos en un país que vende sol, permisividad y alcohol barato con cada vez menos industria.
Lo que pide el sentido común ahora es aumentar la inversión en una red diseñada para otro tipo de mix energético que ha pasado a la historia. Energía barata y fiable es lo que hace falta y esto último no se consigue pretendiendo depender en exclusiva del viento y/o sol. Y sobre todo, se dejen de ideologías caducas afortunadamente desaparecidas en casi toda Europa y tengan más luces, especialmente las diversas vicepresidentas cuota, entre ellas la que ahora pide nacionalizar la empresa, sin pararse a pensar que ya la controlan con el 20%, la presidencia y el B.O.E. (Pedro, qué pedazo de apagón más chulo te ha salido). Y ese es el problema, el 100% da para más de una Jessica.