LA MIRADA DE ULISAS buceadora de noticias de interés mundial se detiene en la significativa historia de esta joven, sobreviviente del 7 de Octubre 2023 en Israel. Yuval Raphael, joven y resuelta, supo enfrentar la muerte con la valentía que impone su carácter, reflejado en su voz de alma sufrida y traumatizada. Se refiere a su vivencia en aquella fatídica velada que se realizaba en pos de la paz y del bienestar de los pueblos. Madrugada que terminó en una masacre que aún duele y propició la guerra más larga a la que se haya enfrentado el Estado de Israel desde su creación en 1948. Hamás lanzó un grito de guerra con barbarie sin límites en sus intenciones al dejar la fiesta del canto en baño de sangre. Una celebración cuyas notas de amor pronto se vieron convertidas en bemoles de odio. Un desastre inesperado que ha convertido la región en campo minado desde hace dos años con brotes de violencia en las fronteras con Israel, una guerra defensiva por parte de la Tierra Prometida, que si bien prometía ser corta ha durado más de lo concebido por tratar de proteger a los rehenes, que aún se hallan en poder del grupo terrorista que habita la región. Es desolador ver un panorama que resiente la sensibilidad de cualquier sujeto cabal. Lo sucedido en aquel momento lo vivió Yuval, la cantante que representó a Israel en el concurso de Eurovisión 2025. Con su despampanante transmisión logró conquistar el honroso segundo lugar gracias a la masiva votación del público. Personas que sintieron en esa oda a la vida, con un título bien sugestivo: “Un nuevo amanecer despuntará”, la expresión de una intérprete cuyo objetivo era comunicar un valioso mensaje con el propósito de sensibilizar corazones sobre lo acontecido de manera tan salvaje en Israel, justamente a proximidades de la frontera con Gaza.
Ella, una muchacha como tantas otras que no corrieron con la misma suerte, fue víctima de las atrocidades padecidas en la oscuridad de los tiempos. Sobrevivió a la masacre del Festival Nova al haber hallado protección en un “miguit”, un refugio antiaéreo portátil, donde se escondió y mimetizó debajo de difuntos durante ocho horas. Sus compañeros de infortunio fueron numerosos cadáveres que recibieron el impacto de granadas por parte de un terrorista del Hamás. Ella, de manera milagrosa, resultó ser uno de los 11 sobrevivientes de los 50 jóvenes que se refugiaron en aquel “miguit”. Fue un prodigio encontrarla con vida, y aunque golpeada por las nefastas circunstancias empezó a cantar después del 7 de octubre. Se sometió al concurso nacional para ser elegida la cantante que llevaría en alto a su país, Israel al prestigioso auditorio de Eurovisión 2025 en Suiza. Quizá su empeño se basó en la respuesta a su propia sanación al haber experimentado una punzante y agobiante situación. Catástrofe y escenario que dejaron en delirio y malestar a mucha gente, que padeció de cerca un evento que degeneró en diabólico. Llenó los hospitales de heridos y los cementerios de muertos. Una tragedia que pasará a la historia universal como una nefasta y condenable desgracia. Lamentable realidad que muestra hasta qué punto existe una guerra de civilizaciones, que el mundo conoce y se ve afectado por las consecuencias, que ya desbordan muchas fronteras. Cada tanto se da una actividad relacionada con el terrorismo en lugares que han acogido con los brazos abiertos a inmigrantes que anhelan imponer sus creencias y desatar momentos de pánico con actos de violencia en nombre de un dios que propone la victoria de su fe en Occidente. Ideas que plantean perpetuar los tiempos de antes con la falta de evolución que conoció el Medievo.
Con su canción y su propuesta de una nueva alborada para la humanidad, Yuval Raphael, la novata artista musical le señaló a los demás países en competencia, que a pesar del boicot que se le hizo en todo momento, ella con sus alas desplegadas a lo Batman, triunfó. Quiso rendirle un homenaje a la familia Bibas, a ese par de niños inocentes y la madre que fueron torturados y asesinados vilmente. Escenas espeluznantes que no tendrán olvido. Con su vestido negro y sus magas anchas Yuval Raphael trajo a la memoria a los miembros de la familia que murieron infamemente. Los niños se solían disfrazar de Batman, quizá para manifestar que eran héroes y seguirán siendo los héroes de una historia que se perpetúa en la canción y en el triunfo de esta joven promesa llena de talentos y talantes. Retoñó con un mensaje conmovedor que incita a la resistencia a pesar del revés y permite creer que la vida continúa con los desafíos y retos que cada existencia aporta a la humanidad. Yuval es una mujer, cuyo éxito trasciende y deja en claro que la luz tiene que llegarle al mundo porque ya no puede vivir con tantas sombras y con tantos dolores engendrados por conflictos y guerras. Su voz de ángel impuso la calidad de su música que no dejó indiferente al público. Votantes que supieron juzgar la excelencia sin contemplar asuntos políticos ni bajezas que tantas veces operan en los concursos, donde se manejan sesgos e intereses que no deberían existir en el momento de elegir con la conciencia que debe llevar el verdadero entendimiento. Penetrante su legado en notas en sol mayor le otorgó la presea del honorífico y meritorio segundo lugar donde su brillo grabó su voz de cantante consolidada, a pesar de su juventud y su penosa vivencia. Un ejemplo de amor por la vida que se le reconoce al pueblo judío. Quizá sea la portadora de ese gen que modela los deseos de resurgir de las cenizas, tal el ave fénix, lista a su nuevo vuelo. Yuval gritó al terminar su actuación: “¡Muchas gracias, Europa! ¡Am Israel Jai!” Y no fue una frase vacía. Fue un acto de reafirmación. Porque lo que estaba en juego en Basilea era mucho más que un trofeo. Era la validación simbólica de un pueblo entero, cuestionado a diario, malinterpretado, demonizado. Era la oportunidad de decir: “Aquí estamos. No nos vamos a ningún lado. Y tenemos derecho a cantar.” Y la mirada de Ulisas con honda emoción añade: y a vivir en paz sin tantos misiles que ponen en peligro la supervivencia de Israel, una potencia mundial que labró su lugar con tesón, inteligencia, sudor y muchas lágrimas tanto de alegría como de tristeza. Las lágrimas de Yuval validaron la consagración que Israel no será derrotado y que su música tal como la del flautista de Hamelín salvará la región del oscurantismo y de sus nefastas consecuencias para la Humanidad.