Hace poco descubrí un concepto que ha estado dando vueltas en mi cabeza desde entonces. Sin ánimos de hacer intrusismo en el ámbito de la psicología, ya que no es mi campo, me gustaría hablar hoy del mismo y exponer por qué no es tan inofensivo como parece.
¿Alguna vez te has imaginado cómo sería tener la vida de tu actor, cantante o influencer favorito? ¿Conoces a alguien que sí?
El daydreaming, o "soñar despierto", es un estado mental en el que las personas permiten que su mente divague, creando escenarios imaginarios o idealizados. Esta actividad mental no es nueva, pero con el auge de las redes sociales, los videojuegos inmersivos y las plataformas digitales, vuelve a ser un tema interesante que poner sobre la mesa. Aunque puede parecer inofensivo, este comportamiento está siendo analizado por su impacto negativo en la juventud, ya que puede fomentar una peligrosa desconexión con la realidad.
Se trata de una forma de imaginación activa, donde las personas crean mundos, situaciones o conversaciones en su mente. A menudo, estas fantasías son más atractivas que la vida cotidiana, ya que permiten a los soñadores ser quienes desean, lograr lo que anhelan y vivir sin restricciones. Todos experimentamos estos "sueños despiertos" en algún momento del día, y pueden ser una forma útil de relajarse, de resolver problemas y, por supuesto, de determinar cómo es esa vida que queremos para posteriormente establecer un plan de acción y cumplir nuestros sueños. Sin embargo, el problema viene cuando tú, tu amigo o tu hijo prefieren sustituir su vida en el mundo real por quedarse en casa viendo vídeos de emprendimiento e imaginarse cómo sería su vida siendo un empresario de éxito, sin mover ficha al respecto en el mundo real.
¿Por qué el daydreaming es atractivo para los jóvenes?
Los jóvenes, especialmente los adolescentes, se encuentran en una etapa de formación de identidad y autodescubrimiento. Durante esta fase, enfrentan presiones sociales, académicas y familiares, que pueden resultar abrumadoras. En este contexto, el daydreaming se presenta como una válvula de escape emocional. Les permite vivir en un mundo donde tienen el control, son admirados o donde sus preocupaciones cotidianas no existen.
La peligrosa línea entre lo virtual y lo real
El problema con el daydreaming excesivo es que puede hacer que los jóvenes prefieran sus vidas imaginarias o virtuales sobre la vida real. A medida que se sumergen más en sus fantasías, corren el riesgo de desconectarse emocional y socialmente de su entorno, lo que puede tener varias consecuencias, entre ellas:
- Aislamiento social
- Falta de habilidades para enfrentar la vida real
- Insatisfacción crónica
- Empeoramiento del desempeño académico o laboral
El papel de la tecnología en el daydreaming excesivo
La tecnología ha jugado un papel crucial en amplificar los efectos del daydreaming. Los jóvenes tienen acceso constante a contenido que alimenta sus fantasías y que presentan versiones idealizadas de la vida. Las redes sociales muestran imágenes de vidas perfectas, viajes de ensueño y cuerpos idealizados, lo que hace que los consumidores comparen sus vidas con esas versiones editadas de la realidad. Al no poder alcanzar esos estándares, muchos optan por refugiarse en fantasías, donde pueden recrear esas imágenes en su mente sin los obstáculos del mundo real.
Asimismo, los videojuegos y las experiencias de realidad virtual permiten sumergirse completamente en mundos alternativos. Estos entornos ofrecen una sensación de logro inmediato y una gratificación instantánea, lo que hace que la vida cotidiana, con sus desafíos y ritmos más lentos, parezca aburrida o insatisfactoria.
De ahí que el problema no esté en que pasemos 7 o más horas diarias en redes sociales (que también), sino en que prefiramos soñar despiertos en lugar de vivir en el mundo real, en que prefiramos vivir la vida de los demás a través de una pantalla antes que la nuestra.
Conclusión
El daydreaming es una herramienta poderosa de la mente humana, capaz de inspirar creatividad y ofrecer momentos de escape. Sin embargo, cuando se convierte en un refugio constante, puede ser peligroso para los jóvenes, haciéndoles perder el interés en la vida real y generando aislamiento o frustración. En una era donde las tentaciones digitales están a un clic de distancia, es fundamental que los jóvenes aprendan a balancear sus fantasías con la vida cotidiana, para que puedan vivir de manera plena y auténtica en el mundo real. ¿Y tú, qué harías para combatirlo?