En una reciente charla que tuve el gusto de dar sobre cómo Bitcoin está revolucionando los mundos corporativos y financieros, compartí algunas reflexiones que quisiera contarles, como si estuviéramos charlando en el sofá de casa, sobre este gigante digital que es Bitcoin y sus competidores, las famosas altcoins como Ethereum, Solana y Cardano. La charla fue una mezcla de datos serios con algunas anécdotas para no dormirnos en los laureles.
Comencé destacando cómo algunas empresas, al abrazar a Bitcoin como un tesoro pirata en sus balances, han visto renacer su fortuna como el ave fénix, pero digital. Pongo por caso a MicroStrategy, que antes de Bitcoin parecía más un barco a la deriva y ahora navega viento en popa con un valor de acciones que parece cohete de SpaceX.
Uno de los platos fuertes de la charla fue el tema de los ETFs para criptomonedas como Ethereum. Aquí les conté, con un tono más serio, cómo creo que las solicitudes para estos fondos van a recibir un no rotundo, como cuando intentas cambiar el canal de la tele y te das cuenta de que el control remoto no tiene baterías. Según mi visión, este rechazo será el primer efecto dominó que sacudirá al mundo de las altcoins, mostrando que muchas no son más que valores no registrados esperando su momento de fama.
Luego, con un aire de misterio, les hablé de la excepcional posición de Bitcoin en el mercado. No solo por ser el rey de la colina en términos de valor de mercado, sino por ser el único que realmente ha pasado la cuerda floja hacia la aceptación institucional. Les conté cómo, cuando se aprobó el ETF al contado de Bitcoin, fue como ver aprobado el examen más difícil de la carrera sin haber estudiado la noche anterior.
En un momento más técnico, pero manteniendo el buen humor, describí cómo la red de Bitcoin es la envidia del vecindario cripto por su seguridad y potencia. Imaginen una red que funciona con la energía de veinte reactores nucleares, pero esparcida por todo el mundo buscando energía barata y olvidada, como cuando nosotros buscamos el lugar más económico para las vacaciones.
Para cerrar, recalqué que mientras otras criptomonedas pueden tropezar con regulaciones más estrictas, fallos técnicos o incluso ciberataques, Bitcoin seguirá siendo como ese viejo amigo confiable que nunca falla. Y es que, al final del día, Bitcoin no solo sobrevivirá a sus competidores, sino que seguirá siendo el jefe del barrio cripto, apoyado por su reputación y su robusta tecnología.
Y así, entre risas y datos, compartí mi entusiasmo por Bitcoin, dejando claro por qué, en este juego de tronos digital, Bitcoin sigue siendo el rey.
