Hace 51 años, Chile estaba en manos de un gobierno marxista, liderado por Salvador Allende. Las Fuerzas Armadas chilenas se vieron obligadas, por mayoritaria presión de la ciudadanía, a tomar el poder. El Senado de la República de Chile, ya había declarado inconstitucional el gobierno de Allende y se aproximaba una guerra civil.
Al observar el triste espectáculo que vive Venezuela, se echan de menos valientes soldados, como los que un día, arriesgando su vida, salvaron a Chile de una dictadura. La academia, la prensa, los organismos internacionales y los políticos progres, han sido muy injustos e ignorantes al analizar el proceso chileno.
Chile, bajo Allende, era un país pobre, no se respetaba la propiedad privada, la educación se estatizaba y la órbita soviética dictaba las normas en el gobierno chileno. Aunque el gobierno militar chileno estuvo 17 años en el poder, acosado por medio mundo, fue capaz de desarrollar Chile y entregar en orden y de manera pacífica, el gobierno a un presidente elegido por votación popular.
Chile podría ser hoy una Venezuela, Cuba o Nicaragua. Afortunadamente, un grupo de valientes tomó el poder y recuperó la libertad de un pueblo amenazado. La izquierda dura, con la complicidad de pseudo intelectuales, de auto exiliados y exiliados, desprestigiaron a Chile por décadas, contando una historia falsa.
A 51 años de la toma del poder en Chile, vayan nuestros sentimientos de gratitud a los soldados, por haber cumplido el compromiso de “servir a la Patria hasta dar la vida, si fuese necesario”. La historia de Chile irá poco a poco recuperando la verdad, secuestrada por extremistas que ignorando los millones de asesinados por el comunismo en el mundo, dan cátedra de democracia y libertad. En el mes de la Patria chilena: ¡viva Chile!