Entrevista

Javier Muñoz (Cambium Tech): “La naturaleza nos ofrece respuestas potentes si sabemos cómo tratarlas desde el respeto y el conocimiento”

Javier Muñoz (Cambium Tech) durante su entrevista
photo_camera Javier Muñoz (Cambium Tech) durante su entrevista

A partir de la jara pringosa (Cistus ladanifer), una planta silvestre del monte mediterráneo, Cambium Tech ha creado un sistema de producción natural y sostenible para elaborar hidrolatos y aceites esenciales con una concentración sin precedentes. Su modelo combina innovación, ciencia natural aplicada y compromiso medioambiental. Hablamos con Javier Muñoz de la Cuesta, CEO de la compañía, que lidera desde el entorno rural un proyecto con proyección internacional en el campo del cuidado de la piel y el alivio del dolor.

¿Cómo nace Cambium Tech y por qué la jara pringosa como base del proyecto?

Nacemos con una idea clara: explorar cómo podemos aplicar el conocimiento científico de la naturaleza para mejorar el bienestar de las personas. En nuestro caso, con la Cistus ladanifer, una planta muy abundante y endémica del cuadrante suroccidental de España. No se trata solo de extraer un producto, sino de entender cómo tratar esta materia prima sin perder su riqueza volátil. Y eso nos ha llevado a desarrollar un proceso completamente innovador, donde la recolección y la destilación se hacen en menos de cuatro horas, conservando intactos los principios activos.

Hablas de un proceso industrial que rompe con lo habitual. ¿En qué consiste esa innovación?

Lo primero que hicimos fue evitar las pérdidas que ocurren normalmente en los procesos industriales tradicionales: hasta un 70 % de los compuestos volátiles se pierden. Nosotros trabajamos a muy baja presión (0,4 bares) y temperatura controlada, lo que nos permite obtener un hidrolato con hasta 10 veces más concentración de principios activos que otros en el mercado. Esto hace que las propiedades de regeneración celular, antiinflamatoria, favorecedora de la circulación, tonificante, astringente, antimicrobiana y antifúngica, estén presentes con toda su fuerza.

¿Qué hacéis con ese hidrolato tan concentrado?

Dos cosas: crear nuestras propias marcas —una enfocada en cosmética y otra en el alivio del dolor— y proveer a terceros. Algunos laboratorios ya están utilizando nuestras bases para formular productos. Gracias al bajo peso molecular de los compuestos, penetran de forma eficiente en la piel, cumpliendo incluso con la llamada “Ley de los 500 Dalton” que es fundamental en dermofarmacia. Lo más interesante es que estos productos no solo actúan, sino que refuerzan los mecanismos naturales del propio cuerpo.

¿Hasta dónde habéis llevado esta innovación?

En cuanto a la jara, trabajamos con un sistema automatizado de cosecha en monte, y la misma se procesa siempre dentro de las 3 primeras horas tras su extracción. Esto, añadido a nuestro sistema de destilación en serie que nos permite trabajar a baja presión y temperatura, hace que obtengamos materias primas de una pureza y concentración extraordinarias.

En lo referente a la resina del pino resinero (pinus pinaster), hemos desarrollado un tipo de trementina que hemos denominado “Trementina -100”, con un contenido altísimo de alfapineno (91,68 %), que mejora el rendimiento frente a los estándares actuales. Además, trabajamos con el sistema de pica circular mecanizada y en bolsa, de la que obtenemos una resina sin impurezas con un mayor contenido de trementina. También diseñamos y hemos implementado la primera máquina portátil de apertura de bolsas.

Trabajamos desde una lógica de verticalidad absoluta: del monte a la fábrica, y de ahí al producto. Nadie más está haciendo esto así en España, y muy pocos en Europa.

¿Cuál es vuestro alcance comercial ahora mismo?

Distribuimos en España, Portugal y Andorra, con capacidad para producir hasta 7.000 unidades de producto por día y escalar por tres con una inversión mínima, gracias a que hemos diseñado la fábrica de forma modular. Nuestro objetivo a corto plazo es ampliar mercado en Estados Unidos y consolidar la distribución capilar en España, empezando por Madrid. También estamos en contacto con farmacias, laboratorios y cadenas de cosmética interesadas en nuestra base biotecnológica.

Y a nivel social y medioambiental, ¿qué impacto tenéis?

Trabajamos con monte certificado FSC, y nuestra actividad no solo es neutra, sino positiva para el ecosistema: ayuda a prevenir incendios, mejora la biodiversidad y dinamiza zonas rurales. Estamos comprometidos con un modelo regenerativo, no extractivo. Queremos demostrar que es posible generar valor cuidando la naturaleza y a quienes viven en ella.

¿Cómo se toman las decisiones en un proyecto como este, donde hay tanto componente técnico, comercial y medioambiental?

Tenemos un equipo muy complementario, con personas de diferentes perfiles que se respetan y escuchan. Eso nos permite tener una visión equilibrada. Sabemos que la clave no está solo en hacer un producto potente, sino en entender cómo llevarlo al mercado de forma ética, eficaz y sostenible. La mezcla de rigor técnico y flexibilidad empresarial es lo que nos permite avanzar.

¿Y qué queda por hacer?

Mucho. Queremos que nuestro hidrolato se convierta en un referente, como lo fueron en su momento la rosa mosqueta, el extracto aloe vera o el CBD que hoy son carriers o ingredientes tremendamente extendidos. Nuestro hidrolato puede ser además una gran base de forumulación. Hay mercado, hay ciencia y hay capacidad. Y sobre todo, hay un equipo joven y comprometido que ha entendido que la naturaleza puede ser la mejor aliada del bienestar humano, si se trabaja con rigor, humildad y respeto.