Entrevista

Belén Valentín-Gamazo: “El equilibrio entre la vida personal y profesional es la base de un éxito duradero”

Belén Valentín-Gamazo
photo_camera Belén Valentín-Gamazo, fundadora y CEO de Best Way Events

Belén Valentín-Gamazo es fundadora y CEO de Best Way Events, una empresa especializada en eventos corporativos y turismo MICE que ha crecido al calor del dinamismo empresarial madrileño. Pero su implicación va más allá del emprendimiento: es también miembro de la Junta Directiva de Madrid Foro Empresarial y coordina la Mesa Lidera Mujeres, desde donde impulsa proyectos reales que fomentan la igualdad de oportunidades, la colaboración público-privada y la visibilidad del talento femenino.

Hablamos con ella en un momento especialmente intenso para Madrid y para el ecosistema empresarial español, y lo hacemos sin filtros: con visión, claridad y un mensaje inspirador para quienes emprenden o lideran con responsabilidad y ambición.

Madrid se ha convertido en un referente económico nacional e incluso europeo. ¿Qué papel está jugando realmente y qué lo diferencia de otras capitales?

Madrid está jugando ahora mismo un papel protagonista, sin duda. Obviamente, es la capital, pero desde la pandemia ha quedado muy claro que la gestión institucional que se ha hecho desde aquí ha puesto a la ciudad en el lugar que le corresponde. Además, no podemos obviar que el declive de Barcelona desde 2017 también nos ha beneficiado, especialmente con el traslado de domicilios sociales de muchas empresas, incluidas del IBEX, que han apostado por venir aquí.

En mi caso, trabajo en el sector del turismo MICE, el de congresos y negocios, que ha crecido muchísimo. Pero hay que tener cuidado: no podemos centrarnos únicamente en el turismo, ni el particular ni el de negocios. Madrid tiene que seguir siendo fuerte en otras áreas como la industria, la ganadería o incluso la agricultura. Necesitamos una economía equilibrada, y eso implica que no todo gire en torno a los hoteles, los eventos y las visitas. Sin duda, Madrid es ahora uno de los motores económicos fundamentales de España y de Europa, pero si no gestionamos bien este momento, podríamos perder oportunidades muy valiosas.

¿Qué impacto real tiene Madrid Foro Empresarial en la vida de las empresas madrileñas?

Madrid Foro Empresarial cubre un espacio que estaba completamente vacío. Somos una organización absolutamente independiente: no recibimos ninguna subvención pública, y todo lo que hacemos lo sostenemos los más de 350 empresarios que formamos parte. Lo hacemos a pulmón.

Lo bonito es que hay una gran diversidad, tanto por sectores –con mesas de trabajo como la de industria, turismo, fiscalidad o la mía, que es la de mujer– como por tamaño de empresa. En el foro conviven desde emprendedores que trabajan solos hasta grandes compañías como Iberia, Cupra o Ibercaja. Eso genera una transversalidad riquísima que permite detectar las necesidades reales no solo de los empresarios, sino también de los trabajadores y, en definitiva, de la sociedad.

Lo más importante es que aquí nadie espera a que otro haga las cosas por ti. Esta asociación te da lo que tú estés dispuesto a dar por ella. Yo me lo tomé así desde el primer momento, con responsabilidad y con muchas ganas de aportar.

Cuéntanos más sobre la Mesa Lidera Mujeres. ¿Qué hacéis desde ahí?

La Mesa de Mujer nació en 2021. Yo me uní al foro como Belén Valentín-Gamazo, CEO de Best Way Events, allá por él 2019. Cuando llegué, vi que el tema de la mujer estaba dentro de la mesa de diversidad, algo que antes era habitual. Pero me pareció que había que visibilizarlo más.

Desde el principio me implico en todo lo que hago, así que me puse a trabajar en serio y propuse separar la mesa de mujer. Hoy está formada por 20 mujeres, no solo empresarias, sino también directivas de las empresas que forman parte de la asociación. Eso nos da una representatividad muy potente.

Nuestro enfoque no es combativo ni ideologizado. Huimos del neofeminismo y de los términos beligerantes. Aquí no se trata de luchar contra nadie, sino de ir juntos, hombres y mujeres, para construir. Buscamos la igualdad desde la colaboración y el sentido común. Nuestro objetivo es impulsar a las empresas, a sus trabajadores, y mejorar Madrid desde la colaboración público-privada.

¿Qué iniciativas destacas entre las que habéis puesto en marcha desde la Mesa de lidera Mujeres?

Organizamos siempre un gran acto anual en torno al Día de la Mujer Trabajadora, el 8 de marzo. El año pasado, por ejemplo, hicimos un evento sobre talento femenino senior. Fue muy potente. Porque aunque se hable mucho del paro juvenil, la tasa de desempleo más alta en realidad es la de mujeres mayores de 45 años.

Y esto es muy serio. Muchas de ellas dejaron su carrera profesional para cuidar de sus hijos o simplemente han estado en jornada reducida durante años. Cuando se dan cuenta de que quieren retomar su vida laboral, se enfrentan no solo al hecho de ser mujeres, sino al edadismo. Se sienten invisibles. Nuestro evento fue una forma de darles visibilidad, de decirles: “Sí hay espacio para vosotras”.

Tuvimos a Isabel Tocino como invitada, que es un referente brutal: fue la primera ministra de Medio Ambiente de España, tiene siete hijos, es doctora en Químicas… Y también a Alejandro Oñoro, CEO de Ilunion, que trabaja con mujeres mayores y personas con discapacidad. Lo que compartieron fue inspirador.

Este año habéis lanzado un programa de mentoring para mujeres jóvenes. ¿Cómo ha funcionado?

Estoy súper orgullosa. Lanzamos la primera edición del programa de mentoring del foro para mujeres de entre 30 y 35 años. Participaron 20 empresas que propusieron a sus propias mentees –mujeres jóvenes con proyección dentro de sus equipos– y también a mentores.

Ha sido un trabajo en equipo precioso. El programa ha incluido tres workshops liderados por Sabrina Díaz Ibarra, que es coach y mentora profesional. Además, cada mentee ha tenido tres sesiones con su mentor para trabajar habilidades, objetivos y proyección.

La clave está en el match entre mentora y mentee. Si la conexión es buena, esa relación continúa más allá del programa. Y eso es lo que buscamos: que no se quede en algo puntual, sino que sea un vínculo real, de confianza, que perdure en el tiempo.

El programa termina ahora, en junio, con un acto de clausura en el que compartirán sus experiencias. Y ya estamos trabajando en la segunda edición. Porque creemos firmemente en esto: en acompañar a las mujeres jóvenes justo en el momento en que más lo necesitan, cuando su carrera profesional y su vida personal están a punto de cruzarse.

¿Qué tal funciona el diálogo con las instituciones públicas desde la asociación?

Pues mira, funciona. Los políticos nos reciben, que ya es mucho. Pero a veces cuesta que pasen del “sí, os escuchamos” a la acción real. Y eso es lo difícil. Hay partidos más cercanos a la realidad empresarial y otros que directamente nos ven como enemigos. Ahí se complica todo.

Desde la organización que presido, hemos intentado desde hace tiempo hablar con el secretario de Estado de Trabajo sobre temas urgentes: la jornada laboral, el control digital de fichajes… cosas que no tienen sentido para una panadería con un empleado, por ejemplo. Pero no hay manera. Se están aprobando leyes que luego hay que ir corrigiendo con jurisprudencia. Eso no es gobernar, es improvisar. Mientras que desde Madrid Foro Empresarial,

¿Qué retos estáis identificando desde Madrid Foro Empresarial en ámbitos como la movilidad o el desarrollo industrial?

En movilidad hay un tema muy grave: no se permite el acceso de autobuses a los hoteles del centro de Madrid. Esto afecta directamente al turismo de congresos. Tenemos muchos eventos, pero la logística se complica muchísimo. Y luego está el problema de la industria, debemos reindustrializar la Comunidad de Madrid. Por ello, pedimos la creación de una Consejería de Industria, Innovación y Tecnología que permita abordar con ambición y coherencia las políticas que necesita el sector industrial y que hasta ahora ha estado completamente desatendido.

En cuanto a IFEMA, estamos preocupados porque se está centrando más en hacer eventos sociales o espectáculos que en su función principal, que son las ferias profesionales. Necesitamos recuperar ese enfoque.

Y algo que digo siempre: Madrid necesita un auditorio de al menos 4000 o 5000 personas. No lo tenemos. Por eso, desde el nacimiento de Madrid Foro Empresarial estamos pidiendo que se reabra el Palacio de Congresos de la Castellana. No tener un espacio de estas características hace que perdamos congresos internacionales de primer nivel. París, Londres o Frankfurt tienen ese tipo de infraestructuras. Aquí, en cambio, seguimos improvisando con pabellones y eso limita mucho.

¿Qué papel puede jugar Madrid como puente económico con Latinoamérica?

Un papel clave. Madrid es la puerta de entrada a Europa para muchísimos inversores latinoamericanos. En el foro tenemos desde hace un par de años una Mesa de América Latina, liderada por Leopoldo López Gil. Hay mucha conexión natural: cultural, lingüística, empresarial.

Y también tenemos mucho que aprender de ellos. Por ejemplo, México tiene muy bien estructurado el turismo de negocios. Es descentralizado, eficiente, con buen servicio y costes bajos. Funciona muy bien y eso puede inspirarnos para mejorar lo que hacemos aquí.

Si alguien joven se plantea emprender en Madrid, ¿qué le dirías?

Le diría que se lance. Que tenga paciencia, que pida ayuda y que sepa que aquí hay gente dispuesta a tenderle la mano. Emprender da vértigo, pero también es una aventura maravillosa.

Yo fundé mi empresa con 23 años, por pura inconsciencia. Si lo hubiera pensado mucho, quizá no lo habría hecho. Por eso admiro profundamente a quienes dan ese paso. A las mujeres, especialmente, les digo que me tienen para lo que necesiten. Desde asesorarles con un trámite hasta darles una palmadita en la espalda.

Y para terminar, ¿qué te inspira a seguir trabajando desde Madrid Foro Empresarial y qué legado te gustaría dejar?

Lo que me mueve es la satisfacción del trabajo bien hecho. No hace falta ser perfecta, pero sí dar lo mejor de una misma. Creo profundamente en el asociacionismo, aunque la palabra no sea bonita. En España tenemos esa costumbre de esperar que el Estado lo resuelva todo, pero no es así. La sociedad civil tiene que organizarse y funcionar. Y cuando lo hace, pasan cosas buenas.

¿Legado? No sé si dejaré un legado como tal. Al final, mi empresa organiza eventos, algo muy efímero. Pero sí me gustaría que quedara la idea de que se puede. Que se puede vivir, trabajar, criar, emprender, colaborar. Que pedir ayuda no es debilidad, sino inteligencia. Y que el esfuerzo, cuando se hace con pasión y con propósito, transforma realidades.