Tomar una copa de buen vino es un placer, que sin embargo puede convertirse en faena de las gordas cuando se convierte en “malo”, es decir, cuando se vierte, aunque sean unas gotas, sobre la ropa, dejando una mancha tanto más terrible cuanto más oscuro sea el vino.
Y ¿Qué se puede y qué no se debe hacer jamás para limpiarla?
Cuando derramamos vino surge la duda: ¿Cómo librarse de ella?
Pues no es una tarea sencilla, porque hay que tener cuidado para no empeorar la situación.
Aunque según la tradición popular (y porque el que no se consuela es porque no quiere), derramar vino trae buena suerte, y simboliza alegría y abundancia.
Sin embargo, para los cristianos, como el vino simboliza la sangre de Cristo, verterlo se interpreta como un mal presagio.
Independientemente de las supersticiones y creencias, para limpiar la mancha, hay que tener cierto cuidado, porque de no hacerlo correctamente podríamos empeorar la situación.
También hay que tener en cuenta dónde está la mancha y, cómo son el tejido y su color.
Es importante actuar de inmediato ya que cuanto más se seque la mancha, más difícil será eliminarla.
- No frotarla nunca porque de hacerlo, el vino penetra más en el tejido y la mancha se extiende. Es mejor presionar con papel absorbente o un trapo limpio.
- Para enjuagar utilizar agua fría o tibia, ya que si el agua está caliente puede fijar la mancha.
- También, si la mancha no se ha eliminado por completo, evitar el planchado, porque en este caso también el calor ayuda a fijarla más en el tejido.
Pero para lograr un buen resultado, aparte de saber cómo eliminar la mancha, debemos tener en cuenta dónde se ha derramado el vino.
-Ropa de color resistente de algodón:
Aplicar una mezcla de detergente líquido y agua oxigenada a partes iguales.
Esperar unos minutos a que se disuelva la mancha y luego lavar a la máxima temperatura que permita la prenda.
-Ropa blanca de algodón:
En este caso, seguir el procedimiento anterior, pero añadiendo un poco de blanqueador con oxígeno.
Y si se trata de una camisa o mantel, aparte del blanqueador, se puede usar lejía, pero diluida y solo si la etiqueta no lo prohíbe.
-Tapicerías y alfombras:
Cubrir la mancha con vinagre blanco, que ayuda a neutralizar los pigmentos, frotar suavemente y aclarar con agua caliente.
Otra opción es cubrir la mancha con sal, que evita su expansión y absorbe el líquido. Después se aspira la sal y se lava con una mezcla de vinagre y detergente mediante una esponja, sin empaparla demasiado.
-Tejidos delicados como la lana, rayón, acrílico…
Antes de lavar la prenda, sumergir la zona manchada en leche caliente durante una hora, o en una mezcla de detergente suave y agua fría.
-Manteles resistentes de algodón o lino:
Para ayudar a desalojar los pigmentos, vertir desde cierta altura, directamente sobre la mancha, agua hirviendo.
Nota importante: Antes de utilizar cualquier producto agresivo como la lejía o agua oxigenada, probar en una zona pequeña y poco visible que no dañen el tejido.