Queridos lectores, hoy en Recomendados queremos recordar que apoyar las tradiciones es apoyar nuestra identidad.
“De Mieres a Madrid: el pote de Turón se proyecta como emblema de identidad regional”
El valle de Turón, en Mieres, se convierte cada año en epicentro de la memoria minera y de la cocina popular con sus Jornadas Gastronómicas del Pote de Turón, declaradas Fiesta de Interés Turístico Regional y celebradas en torno a Santa Bárbara, patrona de los mineros.
Durante más de una semana, restaurantes y casas de comidas ofrecen el pote turonés, un guiso humilde y aguado, con grasa y fabes desmenuzadas que engordan el caldo y sacian al comensal, mientras se desarrolla el concurso “Explorando el Pote Perfecto”, que refuerza la identidad cultural y convierte este plato en símbolo de orgullo local.
En su VIII edición, el certamen coronó al restaurante Michem, de Villabona (Llanera), como ganador, acompañado en el podio por La Cantina de Villalegre (Avilés) y Casa Repinaldo (Candás), mientras que el premio a la mejor elaboración del valle recayó en el bar tienda La Caleyuca, de La Hueria de Urbiés. La presentación oficial de estas citas tuvo lugar en Madrid, en el restaurante Asgaya, con la presencia del alcalde de Mieres, Manuel Ángel Álvarez, concejales, representantes institucionales y figuras como el Padre Ángel, consolidando la relevancia de este evento en el calendario gastronómico asturiano.
Patrocinado por Embutidos Vallina, el concurso reunió a una treintena de locales y celebró su fase decisiva el 24 de noviembre, mientras que el certamen para cocineros aficionados se desarrolló el día 21. Finalmente, del 28 de noviembre al 8 de diciembre, una decena de establecimientos del valle —entre ellos Casa Ita, Casa Migio, Casa Nando, La Caleyuca o el Mesón de Carlos ofrecieron sus menús al público — reafirmando a Turón como capital gastronómica de Asturias y elevando este plato histórico a la categoría de emblema cultural.
Un emblema cultural que junto a la Sidra nosotros analizamos así:
El pote de Turón, con sus notas grasas y ahumadas procedentes del chorizo y la morcilla, los matices terrosos de la berza y la patata y el umami profundo de su cocción lenta, se enlaza a nivel molecular con la sidra asturiana, cuyos ésteres frutales evocan manzana fresca y cítricos, mientras los ácidos orgánicos aportan tensión y limpieza en boca; así, las moléculas aromáticas del guiso encuentran contraste y equilibrio en la acidez vibrante y la efervescencia ligera de la sidra, que disuelve la densidad del caldo y potencia sus sabores, creando una sinergia sensorial donde lo popular y lo festivo se abrazan, y donde tradición minera y huerta asturiana dialogan en un mismo puente de memoria y frescura.
Para despedirnos queremos subrayar la trascendencia de conservar las tradiciones y esos platos que nos definen, que habitan en la memoria colectiva y cuyos aromas y sabores nos devuelven al pasado mientras tienden un puente hacia las nuevas generaciones, para que nunca olviden los detalles que conforman su identidad. En este sentido, las Jornadas del Pote de Turón, además de mantener viva la esencia de la cocina popular, han sabido proyectarse con fuerza en Madrid, la capital de España, situando en el centro de la atención un legado que es orgullo de Asturias.
Nuestra felicitación más sincera a los organizadores y a todos los participantes que hacen posible que esta celebración siga siendo un símbolo de unión, memoria y cultura compartida.
Esperando haberlos inspirado un día más,hasta la próxima
