Así lo ha señalado este jueves la vicealcaldesa y delegada del Área de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, Inma Sanz, quien ha adelantado que el próximo 17 de febrero se celebrará la Junta Local de Seguridad de Madrid para analizar la situación.
Durante la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno, celebrada en la Junta Municipal de Tetuán, Sanz ha destacado que los datos reflejan una caída en delitos como hurtos, robos y robos con violencia. Asimismo, ha señalado que las ciberestafas y la ciberdelincuencia, que en los últimos años habían registrado un aumento, muestran ahora signos de contención.
No obstante, la vicealcaldesa ha advertido sobre el crecimiento de delitos preocupantes, como el aumento de las reyertas y las agresiones sexuales en la capital. En este sentido, ha afirmado que el Ayuntamiento trabaja en nuevas estrategias de prevención y respuesta ante estos hechos delictivos.
Otro de los temas que se abordará en la Junta Local de Seguridad será la actividad de las bandas juveniles en Madrid, una problemática que sigue generando inquietud. "Es verdad que se han hecho actuaciones importantes, pero sigue habiendo este tipo de hechos delictivos con cierta frecuencia en la ciudad de Madrid, por lo tanto, tenemos que conseguir erradicarlos", ha asegurado Sanz.
Aumento de la delincuencia calle Cullera: problema de seguridad y tensión institucional
La seguridad en la calle Cullera, situada en el distrito de Latina, se ha convertido en uno de los temas más controvertidos en la agenda política de Madrid. La zona ha registrado un notable incremento de la delincuencia, generando un cruce de acusaciones entre el Ayuntamiento de Madrid y la Delegación del Gobierno sobre la responsabilidad y gestión de la situación.
Desde el pasado 15 de octubre, la Policía Municipal ha detenido a 34 personas en la zona por distintos delitos, mientras que otras 12 han sido investigadas sin llegar a ser detenidas por su implicación en reyertas o actividades delictivas. Según ha informado Sanz, se han intensificado los operativos policiales con más de 160 controles de seguridad y alcoholemia, así como 33 comunicaciones a la Policía Nacional sobre delitos detectados en el área.
Entre las medidas adoptadas, se han reforzado las patrullas en la calle Cullera y sus alrededores, además de realizar un seguimiento a personas con arresto domiciliario y dentro del sistema Viogén. También se han levantado actas por consumo de drogas en la vía pública. Asimismo, la Junta Municipal está estudiando la implementación de soluciones urbanísticas como el vallado de ciertas zonas, la retirada de bancos y la poda de arbustos para mejorar la visibilidad y dificultar la concentración de grupos conflictivos.
Atención social y lucha contra las adicciones
El problema de la delincuencia en la calle Cullera no solo afecta al ámbito de la seguridad, sino que también ha requerido la intervención de los servicios sociales municipales. Desde el Área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, el Samur Social ha llevado a cabo 37 intervenciones en asentamientos de personas sin hogar en la zona. Además, el Centro de Atención a la Infancia de los Yébenes está proporcionando apoyo a 73 familias en situación de grave desprotección.
Paralelamente, el Ayuntamiento ha reforzado los programas de atención a personas con adicciones. En el último año, el programa de atención de proximidad ha trabajado con 116 personas, derivando a muchas de ellas a centros especializados en drogodependencia.
Llamamiento a la Delegación del Gobierno
A pesar de los esfuerzos del Ayuntamiento de Madrid, la vicealcaldesa Sanz ha insistido en que el problema de la calle Cullera es principalmente una cuestión de "seguridad y delincuencia organizada", y ha instado a la Delegación del Gobierno a asumir su responsabilidad en la lucha contra el crimen en la zona.
El próximo 17 de febrero, en la Junta Local de Seguridad de Madrid, este asunto será uno de los puntos clave en la agenda. Los vecinos, que llevan meses denunciando la situación, esperan que se adopten soluciones efectivas para devolver la tranquilidad a la calle Cullera y sus alrededores.