La asociación profesional JUCIL, mayoritaria en la Guardia Civil, ha denunciado la grave falta de apoyo psicológico a los agentes del Instituto Armado, alertando de que más del 14% de las bajas médicas registradas en 2024 se produjeron por problemas de salud mental. La organización reclama una reforma profunda del sistema de atención psicológica y mayores recursos humanos para prevenir un problema que califica de “emergencia de salud pública”.
La denuncia se produjo en el marco de la jornada “Prevención del suicidio en cuerpos de seguridad: cuidar a quienes protegen”, organizada esta semana por JUCIL en colaboración con la Universidad de Salamanca (USAL), el sindicato policial JUPOL y la central sindical CSIF. Durante el encuentro, celebrado en la Facultad de Derecho, expertos y representantes del ámbito policial debatieron sobre la alta incidencia de enfermedades mentales y suicidios en las fuerzas de seguridad.
Una tasa de suicidios que duplica la media nacional
Según los datos presentados, la Guardia Civil sigue liderando las estadísticas de suicidios entre los cuerpos policiales españoles. El profesor Joaquín de Elena Peña, experto en riesgos psicosociales de la USAL, explicó que la tasa de suicidio en la población general es del 0,0079%, mientras que en las fuerzas y cuerpos de seguridad asciende al 0,015%, el doble.
“La exposición constante a situaciones extremas, la sobrecarga laboral y el acceso a las armas hacen de este colectivo uno de los más vulnerables”, advirtió el experto, quien subrayó la necesidad de una atención psicológica preventiva y continuada.
El estudio refleja que en 2024 se registraron cerca de 12.000 bajas médicas en la Guardia Civil, de las cuales más de 1.800 fueron por motivos psicológicos, lo que supone un 14% del total. JUCIL ha documentado además diez suicidios de agentes desde enero de 2025, frente a los 13 registrados en 2023 y 2024, y 15 en 2022.
Falta de personal y sobrecarga: los grandes agravantes
La portavoz de JUCIL, Sonia Valverde, señaló que una de las causas principales de este deterioro de la salud mental es el déficit estructural de personal. Actualmente, el cuerpo arrastra una falta de más de 17.000 efectivos, una cifra que, según las previsiones, podría superar los 25.000 en los próximos años.
“La falta de personal obliga a muchos guardias civiles a duplicar turnos sin descanso, generando un nivel alarmante de agotamiento emocional y burnout”, subrayó Valverde.
Por su parte, Alba Mateo, agente del Cuerpo y licenciada en Criminología, recalcó la importancia de implantar programas de atención temprana y prevención psicológica desde el inicio del servicio activo. “Detectar a tiempo los primeros signos de estrés o ansiedad es esencial para evitar tragedias personales y profesionales”, afirmó.
Un sistema de atención desigual frente a la Policía Nacional
Durante la jornada también se puso de relieve la desigualdad en los servicios de apoyo psicológico entre la Guardia Civil y la Policía Nacional. Mientras que esta última aborda la salud mental desde un enfoque integral y analiza unidades completas para identificar causas comunes de malestar, en la Guardia Civil el seguimiento se limita al control de bajas médicas sin acompañamiento terapéutico.
Esta diferencia se debe, según los ponentes, a que en la Policía Nacional la salud mental se gestiona desde el área de Riesgos Laborales, mientras que en la Guardia Civil depende de Sanidad, lo que impide tratarla como un riesgo laboral y limita la respuesta institucional.
JUCIL reclama reformas y más recursos
Desde JUCIL insisten en la urgencia de reforzar los servicios de apoyo psicológico y de reconocer los problemas de salud mental como un riesgo laboral real dentro del Instituto Armado. Además, la asociación recuerda que cuenta con un servicio propio de asistencia psicológica para sus miembros, que ha demostrado ser una herramienta eficaz de acompañamiento y prevención.
“Seguimos cuidando a quienes nos protegen. No podemos normalizar que cada año haya guardias civiles que se quiten la vida sin que el Estado reaccione con recursos adecuados”, concluyó Valverde.
La asociación ha pedido al Ministerio del Interior un plan nacional de prevención del suicidio en las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como una dotación suficiente de psicólogos especializados y medidas estructurales para reducir la sobrecarga laboral.