Sencillamente irresistible

Tirar la desvergüenza

Rosy
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Los señores ministros del Gobierno de España, parece que andan un poco “acangrejados”, es decir con las pinzas hacia delante y andando hacia atrás.

Concretamente el ministro de Agricultura, Luis Planas, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros ha hablado de que aquí,  en el “país más rico del mundo” no se tira nada, que hay que "concienciar" a la ciudadanía sobre el tema, ya que ofrece "consecuencias económicas, sociales, ambientales y éticas". 

Y desde luego tiene más razón que un santo, hay que aprovecharlo todo ¡máxime cuando nos suben los precios cada día! 

Es una medida súper procedente y loable, pero falta el ejemplo. Sería maravilloso que quienes legislan sin parar, predicaran la sobriedad en sus acciones, porque es muy fácil manifestar ¿pero actuar?

Pues sin ir más lejos, este ministro ahorrador a tope, no se ha debido enterar de que el Gobierno aumenta un 66% el coste del 'catering' del Falcón: incluyendo muchos más ibéricos en su Carta Magna, o mejor dicho, magnánima hacia sus personas.

Que sí, que efectivamente se hallan un poco desencontrados los ministros. Mientras el de agricultura se dispone a hacernos consumir hasta los huesos de las aceitunas, o el agüita de las anchoas, el de defensa acaba de sacar a concurso el contrato del servicio de catering para los pasajeros de los aviones Falcón y Airbus del Ala 45 del Ejército del Aire, las aeronaves que utiliza el amado líder y los miembros de su gobierno, Casa Real y altas autoridades del Estado para desplazarse por España y extranjero. Así que los costes se incrementan en un 66,6% y el gasto crece anualmente de 80.000 euros a unos 200.000. 

Mientras nosotros nos vamos “a patita” con la fiambrerita y la raspa de sardina para rebañar en casa, dicho catering va a tener 18 menús que deberán estar listos dos horas antes del despegue estimado. Y por supuesto, sin que falten los surtidos de bombones, diferentes clases de yogur líquido y desayunos con palmeras mini de mantequilla, croissants, caracolas, napolitanas pequeñas de chocolate, arándanos, frutos rojos, aguacate fresco y verduras a la parrilla. 

Pues muy bien, sus señorías no se merecen menos para que sus cerebros repletos de células grises bastante anémicas, estén alimentados como Dios manda a ver si se recuperan. ¿Habrá también fiambreritas para que se lleven a casa las sobras?, es decir, ¿para qué se las transporten en el coche oficial hasta el domicilio de altísimo standing que ocupan?, ¡faltaría más!

Y que nadie se preocupe, aquí no se tira nada, para las comidas de los consejos de ministros los productos que se sirven son de calidad gourmet, con entrante, segundo plato y postre, fruta, café, té, infusiones, agua, bebidas no alcohólicas, vino y cerveza. Seguro que sí, que lo que sobra, incluidas las botellas de vino, se lo llevan estos políticos que padecemos, en la faltriquera, porque son muy mirados y muy concienciados y muy vocacionales (todo lo hacen para servir al prójimo).

¡Que progresistas!, debemos darles gracias ilimitadas mientras se ponen como el Kiko, porque nos están ayudando una barbaridad a ser solidarios con quienes disfrutan a diario de semejantes comilonas, en tanto los ciudadanos troceamos un espagueti para administrarlo correctamente y que nos dure varios días.

¡Qué pena que aquí no se tire nada! 

La desvergüenza tendría que tirarse, pero  hay tanta, que inunda la sociedad, más y más tóxica aún que los pellets en nuestras playas.

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