Reflexiones Australes

Narco América

El panorama hispanoamericano se presenta desolador. El narcotráfico a velocidades imparables, toma el control de la mayoría de los países de México al sur. Analizando de sur a norte: En Argentina el presidente Milei, intenta poner orden en la corrupta Argentina, que tras décadas decadentes, también ha sido infiltrada por el narcotráfico. El epicentro es Rosario, una importante y bella ciudad ribereña del Paraná. Grupos narcos muy poderosos, aprovechando la precariedad de sus habitantes, han penetrado transversalmente la población. Chile, otrora el “jaguar” de Sudamérica, está secuestrado por bandas narcos que se disputan territorios en todo el país. La política de puertas abiertas y de “acogida a los débiles”, auspiciada por Michelle Bachelet, han transformado a Chile en un mercado atractivo para los narcos y también un puerto de salida de la droga a otros mercados. Chile pasó en 10 años de 500 mil inmigrantes a 2 millones. La condición de Chile de ser un país abierto al mundo y gran exportador, y hasta hace poco casi desarrollado, ha redundado en incentivos para que los narcos despachen droga de Perú y Bolivia hacia Europa, vía Chile. Desde Perú hasta Venezuela los narcos se pasean casi libremente, controlando a políticos, congresistas, policías y también fuerzas armadas.

Venezuela es la expresión máxima de un narcogobierno que emulando la fórmula cubana, se eterniza en el poder y habla de democracia para ganar tiempo. Centroamérica es también zona de tránsito de droga colombiana hacia Estados Unidos. Más al norte, México es realmente gobernado por los cárteles. AMLO y su canciller Alicia Bárcena, son títeres amigos del dictador cubano Díaz Canel y cercanos al tirano Maduro. Los distintos cárteles mexicanos combaten entre sí y asesinan de paso a miles de miles de personas cada año. Lo sorprendente es que la ONU mal gasta recursos en materias como feminismo delirante, lenguaje inclusivo  e inclusión de minorías sexuales, cuando simultáneamente las grandes mayorías son víctimas del crimen y el terrorismo. Las poderosas potencias están “ocupadas” de la guerra de Ucrania, del conflicto en Gaza, de la invasión de productos chinos en el mundo y de las elecciones europeas. En paralelo los carteles de la droga siguen trabajando como hormigas y anexándose ciudades completas en donde la policía no puede entrar. Jóvenes de 14 o 15 años son reclutados e inician carreras delictivas sin retorno. Cuando la policía en algún país es muy agresiva, son acusados a organismos internacionales de derechos humanos por aplicar “fuerza no proporcional”. Aprovechando el desconcierto, Maduro quiere anexarse parte de Guyana e impide elecciones libres, Ortega se refugia en el poder en Nicaragua y Bukele empieza a convencer al mundo de que su camino parece ser el único posible para El Salvador.

El principal consumidor de drogas del universo es Estados Unidos, país que enfrenta elecciones entre dos ancianos, lo que al menos llama la atención. ¿Cómo se ha llegado a una realidad tan irracional? En ese lindo país deberían haber grandes ciudadanos con mejores competencias para asumir el gobierno, todavía del país más poderoso del mundo. La conclusión es lapidaria: la droga y el narcotráfico pronto y en plenitud, controlarán Hispanoamérica. El punto de no retorno parece haberse superado.

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