Un año ha pasado ya desde la aprobación de esta nefasta y populista ley. Aparentemente pensada para facilitar el acceso a la vivienda, ha producido efectos totalmente contrarios.
El fruto de esta ley ha sido el descenso de la oferta de vivienda en alquiler de larga duración, el aumento de los precios, y el empeoramiento de la accesibilidad para la mayoría. Muchos hemos sido los que hemos avisado y criticado el fracaso anunciado de esta medida populista, destinada no solo a cosechar votos de miles de incautos en favor del gobierno, sino también a destruir el mercado de la vivienda en alquiler.
La mayoría de la izquierda gobernante parece no entender que es un mercado de bienes o servicios, ni cómo funciona. Por eso fracasan casi siempre que meten la mano en la economía.
El tope fijado a los precios, combinado con la tremenda inseguridad y desprotección jurídica del propietario ante los “ocupas” y los vándalos, ha producido la esperada reducción de la oferta (-15%). Según Alquiler Seguro, en un solo año la oferta de vivienda en alquiler permanente se ha reducido en 60.000 viviendas, de las cuales 25.000 en Cataluña, siendo esta última la región donde más y peor está intervenido el mercado. En Madrid y Barcelona, la oferta ha caído un 24% y un 15%, respectivamente.
Cuando esto ocurre los precios siempre suben, de una forma u otra, aunque lo prohíban unos políticos ignorantes. Los precios del alquiler están en máximos (+10% de media en 2023, +13% interanual en abril 2024), y seguirán subiendo aún más rápido por culpa del pernicioso intervencionismo político.
Muchos propietarios han retirado sus pisos del mercado. Otros ahora alquilan sus viviendas por habitaciones, mientras otros se dedican al alquiler vacacional. La realidad nuevamente desmiente al gobierno, aunque supongo que les da igual, pues así captan los votos de los desinformados y desconocedores de la materia.
Como ya mencionamos en otro artículo, el origen del problema está en la falta de oferta, especialmente menguante por culpa de esta errónea ley. El remedio principal es incrementarla, desregulando y liberalizando el mercado, incentivando la construcción de vivienda, tanto en alquiler como en propiedad. La solución es de una parte, más mercado y seguridad jurídica, más iniciativa privada y libertad, y de otra; menos leyes y regulaciones, menos ideología; y mucho menos populismo.
Sres. estatistas y anticapitalistas, los propietarios ni son los culpables, ni son criminales, ni explotadores. Deberían Vds. defenderlos y protegerlos jurídicamente si de verdad desean que el problema se solucione, deben apostar por el mercado, como hacen ya incluso en la China comunista. En mi artículo anterior enumeraba lo que yo considero necesario para darle una solución a este problema. Quien tenga interés en la cuestión tiene información adicional en el artículo “Limitar los alquileres solo beneficia a los políticos”
En todo caso, la solución pasa por deshacer todo lo hecho por el gobierno y hacer todo lo necesario para que la oferta crezca fuertemente. En materia de vivienda nueva, España padece un déficit anual de unas 120.000 viviendas. ¿Alguien tiene todavía alguna duda de por qué sigue subiendo el precio de la vivienda nueva?
Lo mismo sucede con la vivienda en alquiler pues la oferta es insuficiente, en gran medida por culpa de esta pésima ley del alquiler 12/2023. El excesivo, y equivocado, intervencionismo gubernamental entorpece el desarrollo de la oferta tanto en cantidad, como calidad y precio. No consiguen por lo tanto ni calmar los precios, ni mejorar la accesibilidad a la vivienda de las clases bajas y medias. Este es el penoso resultado de una equivocada política social en materia de vivienda.
