Mi pasión

Francisco de Goya, el pintor torero (1ª parte)

Uno de los personajes más ilustres e históricos españoles ha sido Nicolás Fernández de Moratín, el que fuera el primer poeta y dramaturgo que escribió versos a los toreros de a pie, sobre todo a Pedro Romero. Pero sería Goya quien depositó para siempre la huella y el arte de sus pinceles sobre el toreo. A bien seguro si no hubiese existido el pintor de Fuendetodos, la fiesta taurina no tendría la categoría cultural tan importante.

Goya, taurinamente hablando, ha traspasado las barreras para la historia por su interesantísima Tauromaquia, sobre todo por los grabados en los que estampó, entre otros, a los famosos diestros: “Los Martincho”, dos hermanos sobrados de valor y estética, de orígenes vascuences pero nacidos en la zaragozana baturra de Egea de los Caballeros.

Representó y aportó tanto el pintor a nuestra fiesta que, sus paisanos mañicos han colocado su efigie esculpida de tamaño natural en uno de los lugares más privilegiados de la plaza de toros de Zaragoza, dando gloria imperecedera, como si fuese el primer entusiasta y representativo número uno de todas aquellas personas aficionadas que asisten para el disfrute y regocijo de una corrida de toros.

De los bienes más importantes que dejó para el patrimonio cultural, perpetuando para siempre en el recuerdo de los españoles, fueron las corridas goyescas, que toman el nombre del hecho que los toreros salen a los ruedos ataviados con vestidos de torear basados en los trajes usados en la época del pintor, atuendo con el que toreaba Pedro Romero y contemporáneos. 

Estos vestidos goyescos de diversos tonos de colores y textil se caracterizaban que, las taleguillas eran a modo de bombacho cerradas hasta las rodillas sobre medias blancas, portando escasos bordados, la prenda de cabeza confeccionada de paño negro ribeteada de galón blanco al estilo napoleónico, incorporando una redecilla y peineta debajo de la referida prenda de cabeza, todo ello dando un sabor y colorido a los tiempos del referenciado y célebre Pedro Romero, siguiéndole los diestros “Pepe-Hillo”, “Costillares”, “Sentimientos”, etc., hasta que Francisco Montes “Paquiro” ideara otra indumentaria muy semejante a la actual.

A la presente, una de las corridas que suscita más interés de este tipo es la de Ronda, impulsada en el 1954 por Pepe Belmonte, sobrino del inolvidable Juan Belmonte y por influjo de Cayetano Ordoñez, hijo del “Niño de la Palma”, para evocar aquellos viejos tiempos y conmemorar el segundo centenario del nacimiento del citado Pedro Romero.

Después sería el añorado matador de toros Antonio Ordóñez, quien continuó años siguientes con sus designios, incluso anunciándose en ella 18 tardes (más que nadie), refrendando su forma y estilo rondeño. Retirado el maestro de los ruedos en 1971, siguió participando unas pocas corridas más para tal evento, mientras su estado físico no se lo impidió. Murió en Sevilla en 1998, a los 66 años de edad, tras una penosa enfermedad. 

Todos los años a primeros de septiembre, es un peregrinar de personajes de todas las clases sociales y culturales a la famosa villa del desfiladero (El Tajo) para presenciar la célebre y tradicional corrida goyesca. La cual se sigue celebrando bajo la dirección de los Caballeros Maestrantes, propietarios de la plaza, y organizada por los nietos toreros descendientes del mencionado maestro Ordóñez e hijos del malogrado “Paquirri”, Francisco y Cayetano Rivera Ordóñez. 

El Círculo de Bellas Artes madrileño, instauró este tipo de festejo a partir del año 1961 a otras plazas, siendo; Madrid, Zaragoza, Aranjuez o Antequera, así como otras no tan tradicionales.

En algunas de estas corridas, es realmente hermoso contemplar en sus ruedos el espíritu del pintor, donde el público que asiste, desde las gradas se recrea viendo los rituales y ceremonias antes de comenzar el festejo a lanceros, alabarderos y abanderados, todos ellos en acción posando en la arena junto a las barreras, los que siguen todavía usando las vestimentas de entonces. Creatividad absoluta de Goya, su misma alma de ideas.