Ha terminado en México, el periodo presidencial de Andrés Manuel López Obrador. Lo sucederá en el cargo una extremista igual o peor que él. Los tiranos Díaz-Canel y Maduro estarán presentes en el cambio de mando, junto a otros presidentes “progresistas” que irán a despedirse de AMLO. Su legado será recordado por haber permitido que los narcos aumenten su poder en la nación azteca y también su enfermizo odio hacia España que tanto le dio a ese país. El parlanchín presidente, ocupó miles de miles de horas de pantalla para adormecer a su pueblo con eternas tertulias “mañaneras”. AMLO también será recordado por su cercanía con las tiranías de Cuba, Venezuela y Nicaragua. También el saliente presidente, cultivó amistad con los presidentes Boric, Da Silva y Petro. El grupo de Puebla aglutinó a los “progresistas”, amantes de un Estado poderoso. En su equipo estuvo activa Alicia Bárcena, amiga de Fidel y de Chávez y 14 años Secretaria General de la CEPAL, y más tarde Canciller de México. La muerte y el crimen organizado están en México más presentes que nunca. La nueva presidenta Claudia Sheinbaum, ya anunció continuidad y debutó, no invitando al cambio de mando al Rey Felipe VI. Está actitud, nos da señales de lo que será el estilo del nuevo gobierno mexicano. Sus aliados están a la vista. México caminará hacia la extrema izquierda para emular los logros de las tiranías que admira. Nada bueno podemos esperar para el pueblo mexicano. El populismo y la ignorancia, serán los hilos conductores de un gran país, que camina desorbitado por culpa de líderes que buscan su eterna reelección, al más puro estilo del ya fenecido PRI. AMLO también es admirador de Salvador Allende, al igual que los tiranos ya mencionados. El panorama de América Latina, con pocas excepciones, está secuestrado por ideas y proyectos que no conducen a un futuro mejor. Lo que suceda en Argentina con Milei y quien asuma en Chile como nuevo presidente, son las pocas esperanzas de un continente que se debate entre la pobreza y las narco tiranías.