En Román Paladino

"Clarín" y la España del siglo XIX

"La sátira de "Clarín", que procede lejanamente de Quevedo y próximamente de Larra, emplea la comicidad, la ironía, la censura y el sarcasmo para combatir la ignorancia, la inercia mental, el mal gusto y la osadía, con el propósito de sanear el ambiente literario español, pocas veces tan contaminado de necedad como entonces”. Tomamos las palabras precedentes del profesor Gonzalo Sobejano, las cuales figuran en la primera parte -en las primeras páginas queremos decir- de su magnífico trabajo introductorio que ha escrito para una nueva edición de "La Regenta", la novela más celebrada de Leopoldo Alas "Clarín" y una de las obras más importantes de la literatura española de todos los tiempos. De "La Regenta" se han hecho muchas ediciones y traducciones, pero pocas veces esta novela contó con un estudio preliminar y unas anotaciones a pie de página tan rigurosos y enriquecedores del texto literario y de su sociología, como en esta ocasión. 

El profesor Gonzalo Sobejano, autor de libros como "Nietzche en España" y "Novela española de nuestro tiempo" (por este último trabajo le fue otorgado el Premio Nacional de Literatura en (1971), ha mostrado una especial sensibilidad y unos profundos conocimientos en torno a esta obra de Leopoldo Alas. Hasta tal punto, que esta edición suya de "La Regenta" constituye una de las más altas cotas de crítica y erudición que de esta novela se han hecho hasta hoy. Por otra parte, la edición que ahora nos ofrece el señor Sobejano es la segunda y única que se publicó en vida de "Clarín" y, por tanto, más acabada y corregida que la primera, que apareció en 1884, diecisiete años antes que la segunda, en la que, además, figura el valioso prólogo de don Benito Pérez Galdós, apenas recogido en ediciones sucesivas. Y resulta en verdad importante este prólogo galdosiano, tanto por la forma en que evidencia sus conocimientos de la cultura de aquel tiempo, como por la admiración que el escritor canario profesó siempre a "Clarín". 

"La Regenta", como se sabe -y aquí vuelve a comentarse-, está basada en un cuento del propio Leopoldo Alas, "El diablo en Semana Santa", escrito hacia 1880. Este es, más o menos, el tema de dicho cuento: el día de Viernes Santo, el diablo se interpone entre el canónigo y la jueza, tomando como lugar de su fechoría la catedral de Vetusta, la misma ciudad que sirve de escenario a "La Regenta" y que sabido es, no es otra que Oviedo. Pero en el cuento, el diablo se contenta tan sólo con provocar la algarabía infantil de ruidosas carracas, mientras que en la novela el asunto es más profundo, más dramático, de más amplio espectro sociológico. ¿Diluye "Clarín” la figura del diablo en toda la colectividad vetustense, como algunos comentaristas de la obra han dado a entender? También se han emitido juicios en torno a un recrudecimiento de la fe y del amor en "La Regenta", algo así como una negación de valores espirituales. 

Con lo cual no estamos de acuerdo, pues a pesar de todo, pese a tratarse de un cuadro duramente crítico contra la sociedad española de finales del siglo pasado, con sus agrios ribetes anticlericales y librepensadores, pues que ese era el talante intelectual de "Clarín"; el libro contiene también puertas abiertas a la esperanza y al amor sincero. "La novela -escribe Sobejano- envuelve un mensaje ético de diáfana estirpe cristiana: el poder vivificador del sufrimiento. Mientras Ana Ozores -"La Regenta"- sufre, la imaginación, la sensibilidad, la voluntad, el pensamiento, se mueven, crecen, estallan, se rehacen". Es decir, que el lector asiste a una gran lucha interior de la protagonista. Galdós explicaba que había, en cierto modo, picaresca en "La Regenta", pero que ésta no "excluye en ella la seriedad, en el fondo y en la forma, ni la descripción acertada de los más graves estados del alma humana".