El Toro de Lidia Español

Castas fundacionales del Toro de lidia español

Lo que hoy conocemos como Corridas de Toros con su organización a base de unos toreros que van a lidiar a pie unos toros de una Ganadería determinada es algo que empieza a ser consolidado a mediados del Siglo XVIII.

Anteriormente se “corrían toros” en casi todos los lugares de España. No había acontecimiento de alegría o de utilidad pública como bodas, coronaciones, bautizos, victorias en batallas, homenajes fúnebres, canonización de santos etc., que no se solemnizase con una Corrida de Toros. Tenían lugar en plazas públicas y lugares abiertos, donde los señores nobles a caballo participaban en la matanza del toro. A este tipo de festejos se le conoce como Toreo Caballeresco.

En el siglo XVIII, con la llegada de los Borbones a España, contrarios a esa actividad, los nobles abandonaron el toreo. Entonces el pueblo continuó la fiesta a su manera, lógicamente sin caballos, ya que resultaba un animal demasiado costoso. 

A partir de este momento empezó a configurarse el toreo como hoy lo conocemos, en que el protagonista es un hombre que torea a pie. Lógicamente, del Toreo Caballeresco algo quedó. De él surgiría el Arte del Rejoneo, que en Portugal, en donde no reinaban los Borbones, siguió siendo lo fundamental.

También recuerdo de aquel toreo, durante todo el siglo XVIII y gran parte del XIX, los varilargueros (luego llamados picadores) tuvieron una gran importancia (incluso vestían, y siguen haciéndolo, de oro, como los matadores). Sería a partir de la mitad del siglo XIX cuando pasarían a formar parte de la cuadrilla del matador, junto a los hombres de plata o banderilleros.

Durante todo este tiempo, el ganado que se empleaba en las Corridas pertenecía a las Casas nobiliarias o al propio monarca. En sus feudos o territorios jurisdiccionales pastaban los toros libremente y cuando era menester se tomaban para ser lidiados.

Lógicamente no había selección alguna pues lo que se requería del toro era simplemente su fiereza y acometividad hacia las cabalgaduras.

Cuando se consolida el toreo a pie, con la organización progresiva de las cuadrillas, los tercios de la lidia, la invención de nuevos tipos de pases, etc., ya se necesita que el toro que sale a una plaza sea verdaderamente bravo y que sea apto para los nuevos requerimientos.

Es en este momento cuando empiezan a aparecer hombres que, tomando ganado teóricamente bravo, van moldeando las características, tanto externas como de comportamiento durante la lidia, de esas reses, es decir, van haciendo una selección, logrando que sus toros se diferencien de los demás. Así irán naciendo lo que se ha denominado Castas fundacionales del Toro de lidia español.

Pues bien, se considera que en la historia del Toro de lidia español han existido las siguientes Castas Fundacionales citadas por orden de antigüedad:

CASTA MORUCHA CASTELLANA (desde el siglo XVI), CASTA JIJONA Y DE LA TIERRA (1598), CASTA NAVARRA (1670), CASTA CABRERA (1740), CASTA VAZQUEÑA (1755), CASTA GALLARDO (1762) Y CASTA VISTAHERMOSA (1774).

En los próximos artículos iremos viendo las características de cada una ellas y haremos un recorrido por su historia y actualidad de las mismas.

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