Ejecutiva del PSOE

Sánchez reconfigura la Ejecutiva del PSOE entre presiones internas y escándalos recientes

El líder socialista mantiene a Juan Francisco Serrano, incorpora a Antonio Hernando y deja fuera a Esther Peña en una reorganización marcada por la crisis

Juan Francisco Serrano junto a Milagros Tolón | Foto de Eugenia Morago/PSOE
photo_camera Juan Francisco Serrano junto a Milagros Tolón | Foto de Eugenia Morago/PSOE

Pedro Sánchez ha llevado a cabo una profunda remodelación de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, una decisión esperada tras la crisis interna desatada por el caso de corrupción que salpica a su anterior ‘número dos’ Santos Cerdán. Entre los movimientos más destacados está la continuidad de Juan Francisco Serrano, mano derecha de Cerdán, quien se mantiene como secretario de Política Municipal, aunque queda fuera del área de Organización. Antonio Hernando, figura cercana a Sánchez, regresa como vocal en la dirección del partido. En cambio, Esther Peña queda fuera, una salida justificada por la incompatibilidad con sus responsabilidades orgánicas en Burgos.

Sánchez, que afronta una de las mayores crisis de liderazgo de su mandato, ha optado por una estrategia de renovación parcial: conjugar fidelidad con experiencia, sin ejecutar una ruptura drástica con el pasado. De este modo, evita la caída total del bloque que acompañó a Cerdán, aunque algunas voces críticas del partido lo interpreten como una maniobra insuficiente ante la gravedad del escándalo.

Rescates y ceses: equilibrio en tiempos de inestabilidad

La decisión de mantener a Serrano, a pesar de las presiones internas por incluirlo en el “núcleo duro” de Cerdán, ha generado malestar en determinados sectores del partido. El dirigente ha defendido su desconocimiento sobre las presuntas actividades ilícitas de su superior, alegando que la sorpresa fue compartida por toda la militancia. Sánchez, no obstante, ha decidido reubicarlo fuera del área de Organización, lo que algunos interpretan como una solución intermedia.

Junto a Serrano, Alejandro Soler se mantiene en la Ejecutiva como secretario de Trabajo, Economía Social y Trabajo Autónomo, aunque también había sido mencionado en las grabaciones del ‘caso Delorme’. Tanto él como Serrano son figuras que han logrado mantenerse en el núcleo directivo pese a las turbulencias judiciales.

En el otro extremo, la exportavoz parlamentaria Esther Peña no ha sido revalidada. Su salida se debe oficialmente a la incompatibilidad de cargos; sin embargo, fuentes del partido apuntan a un reposicionamiento de fuerzas internas que ha relegado a figuras que no cuentan con el respaldo total del liderazgo de Ferraz.

Nuevos rostros y renuncias forzadas

Una de las ausencias más notorias ha sido la de Francisco Salazar, quien renunció a asumir el cargo de secretario de Organización adjunto y también ha suspendido temporalmente sus funciones en Moncloa tras ser señalado por presunto acoso y comentarios sexistas. Este puesto no será finalmente cubierto, según fuentes de la organización, quienes insisten en que “solo era un nombramiento, no en firme”.

En su lugar, Rebeca Torró, nueva secretaria de Organización, estará respaldada por dos adjuntos: Borja Cabezón y Anabel Mateos, lo que refuerza su figura al frente de una de las áreas más estratégicas del partido.

También regresa a primera línea Antonio Hernando, íntimo colaborador de Sánchez desde sus inicios en La Moncloa, quien se incorpora como vocal. Su presencia refuerza el perfil técnico y de confianza directa que Sánchez busca consolidar tras los recientes sobresaltos.

Relevo por acumulación de cargos y limitaciones estatutarias

La reestructuración también responde a la necesidad de cumplir con los Estatutos Federales del PSOE, que solo permiten que un 10% de la Ejecutiva compagine responsabilidades orgánicas en las federaciones. Por esta razón, hasta nueve dirigentes abandonan la dirección socialista, muchos de ellos por duplicidad de funciones.

Es el caso de Aroa Jilete, Sabrina Moh, Manuela Berges, María Jesús López Moreno, Tania Baños, y Eugenia Gómez Diego, cuyos puestos han sido asumidos por nuevos perfiles, como el alcalde de Fuenlabrada, Francisco Ayala, o la exalcaldesa de Segovia, Clara María Martín. Además, se incorpora Carmen González, secretaria general del PSOE de Santoña, en sustitución de Gómez Diego.

El dirigente leonés Javier Alfonso Cendón, por su parte, ha elegido quedarse al frente del PSOE en León, pese a haber revalidado su cargo con un sólido 70 % en primarias. “No es una renuncia, es una elección de vida”, declaró en sus redes sociales.

Una Ejecutiva entre la continuidad y la crisis

La nueva configuración intenta contener la fractura interna en el partido mientras se redoblan las exigencias de regeneración. Aunque Sánchez ha presentado esta reorganización como un paso hacia adelante, las críticas no han cesado, especialmente por la permanencia de figuras ligadas al círculo de Cerdán y el mantenimiento del control en manos afines al líder.

La Ejecutiva resultante no es rupturista, pero sí reactiva, y evidencia que Sánchez apuesta por preservar el timón del partido en tiempos convulsos, blindando a sus leales y dejando fuera a perfiles que pueden suponer un obstáculo o tensión interna.

Queda por ver si esta recomposición logrará restaurar la confianza de la militancia y reforzar el mensaje de regeneración que el PSOE necesita proyectar en medio de la tormenta judicial y política que lo rodea. Mientras tanto, Ferraz intenta mantenerse a flote bajo el peso de la responsabilidad, las críticas internas y la presión pública.