Ya dijimos que al dividirse la ganadería de Vicente José Vázquez la parte más importante fue adquirida por el propio Rey Fernando VII en 1931.
También vimos que en 1849 Pedro Colón y Ramírez de Baquedano, XII Duque de Veragua quedaba como único dueño. Desde esa fecha hasta 1927 estuvo en manos de la familia Colón, con un grado de pureza Vázquez prácticamente total. El nombre por antonomasia de los toros vazqueños pasó a ser el de “veragüeños” o toros de “Veragua”. Es la Línea más importante de la Casta y Encaste Vázquez.
Además de las características que ya indicamos que poseían los toros del Encaste Vázquez, podemos añadir para el caso de los “Veraguas” que, pese a su nobleza, propinaban muchas cogidas a picadores, banderilleros y matadores y que la mayor cantidad de toros célebres citados en el Cossío son de Veragua.
En 1866 murió Pedro Colón y le sucedió su hijo Cristóbal Colón de la Cerda, XIII Duque de Veragua, político importante que llegó a ser Vicepresidente del Congreso y Ministro de Fomento y de Marina.
Fue un ganadero muy meticuloso, haciendo una selección de su ganado que no se estilaba en esos tiempos.
Fue tal el prestigio alcanzado por su ganadería, que al billete de mil pesetas se le conocía como un “veragua” pues fue la primera ganadería que cobró esa cantidad por cada toro que lidiaba.
Puede decirse casi con certeza que “Veragua” fue la ganadería más prestigiosa de la segunda mitad del siglo XIX y dos primeras décadas del XX.
En 1910 a Cristóbal Colón de la Cerda le sucede, al frente de la ganadería, su hijo Cristóbal Colón y Aguilera de la Cerda, XIV Duque de Veragua, que no sería tan aficionado al mundo del toro como sus antecesores y en 1927 vendió la ganadería a “Manuel Martín Alonso”, y éste en 1930, a “Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio”, bodeguero jerezano de fama.
Lo curioso del caso es que este ganadero después de hacerse con la prestigiosa vacada, aconsejado por Ramón Mora-Figueroa Ferrer, se orientó hacia el Encaste Tamarón-Conde de la Corte, entonces en candelero, quedando en segundo plano lo de Veragua y cuando falleció en 1937, sus hijos Juan Pedro, Álvaro, Salvador y Pedro Domecq y Díez vendieron casi todas las reses de procedencia Vázquez.
La ganadería pasa a lidiarse como “Hijos de Juan Pedro Domecq”, estando bajo la dirección del mayor, Juan Pedro Domecq y Díez. De ella nacerá el Encaste Juan Pedro Domecq aunque, eso sí, el hierro de Veragua lo mantuvo Juan Pedro Domecq y Díez y sigue siendo el actual de esta prestigiosa ganadería, ahora ya como “Juan Pedro Domecq Solís”.
La parte que correspondió a Pedro (el tío Perico) fue a parar, en 1952, a “José Lui Osborne Vázquez”. Este ganadero y sus sucesores han creado un tipo de toro que, aun perteneciendo al Encaste principal Juan Pedro Domecq, tiene personalidad propia constituyendo la Línea Osborne, en la que los rasgos de sangre Vázquez-Veragua son patentes, sobre todo en las capas que presentan sus ejemplares entre las que destacan los “toros blancos”, que tantos éxitos han dado a los toreros.
La parte de la ganadería que correspondió a Salvador Domecq Díez la adquirió en 1938 el ganadero de Marchena Jose Enrique Calderón Serrano que la mantuvo con buen éxito hasta su muerte en 1946, pasando la ganadería a su esposa Carmen Alcalde Diosdado y a sus cuatro hijos Ricardo, Carmen, Manuel Alfonso y Jose Enrique Calderón Alcalde que lidiaron como “Herederos de Jose Enrique Calderón”.
Desde 1949 los tres primeros vendieron su parte dando origen a las ganaderías de “El Torero” (Salvador Domecq), “Gerardo Ortega” y “Raimunda Moreno de Guerra” (esposa de Carlos Núñez) en las que ya nada queda de sangre Vázquez.
En cambio, la parte de Jose Enrique tras algunos pasos intermedios originó la ganadería “Hernando-Gallego” que en 2002 dio origen a las de “Aurelio Hernando” y “Javier Gallego”, que mantienen la pureza del Encaste Vázquez-Veragua.
En 1945, poco antes de morir, Jose Enrique Calderón le vendió dos tercios de su ganadería, unas ciento veinte vacas y dos sementales, al ganadero onubense Tomás Prieto de la Cal y Dibildos, Marqués de Seoane.
Lidió como “Tomás Prieto De La Cal” y pasta desde entonces en la finca “La Ruiza” de Niebla (Huelva) a orillas del Río Tinto. Fue una ganadería importante durante los cincuenta y sesenta y es actualmente la ganadería puntera del Encaste Vázquez-Veragua.
Murió en 1975, pasando la ganadería a manos de su hijo Tomás Prieto de La Cal Picón, de solo nueve años, siempre apoyado por su madre, la peculiar Mercedes Picón, Marquesa de Seoane. Ante la dificultad de lidiar corridas de toros en España, se ha especializado en novilladas con o sin picadores donde este tipo de toros dan gran juego. En Francia, en cambio, tiene gran cartel y es donde suele lidiar la mayor parte de cuatreños.
Esta ganadería es, junto a la “Concha y Sierra” (Vázquez-Taviel de Andrade) y las citadas anteriormente de “Quinta da Foz”, “Aurelio Hernando” y “Javier Gallego”, lo más puro Vázquez del campo bravo español.