A Volapié

BITCOIN, ventajas y desventajas

En este fantástico periódico que es El Diario de Madrid hemos podido leer varios artículos muy interesantes acerca de esta moneda digital. En el más reciente, Don Alberto Gil De la Guardia, menciona algunas de sus virtudes, como la protección frente a la inflación, o su carácter descentralizado, lo que implica que los gobiernos no la pueden manipular. Dice que puede ser una buena alternativa a los bancos tradicionales y cajas de ahorro, dado que estas entidades pueden quebrar, cosa que ha sucedido bastantes veces en el pasado. 

Desde mi punto de vista, creo que es un activo que hay que valorar a la hora de formar una cartera de inversión, aunque no me parece un sustituto del dinero en cuenta corriente por su enorme volatilidad.

En cuanto a los bancos, conviene matizar la situación. Tienen riesgo, obviamente, pero no todos son iguales. En España corremos poco riesgo teniendo dinero en Bankinter, BBVA, o Santander, por ejemplo. Además, tenemos el fondo de garantía de depósitos que cubre hasta 100.000 euros por depositante. Estos bancos están razonablemente gestionados, y son sistémicos, de manera que si caen serían rescatados. 

El dinero en banca nos brinda protección contra las quiebras cuando lo invertimos en activos financieros, ya sean fondos de inversión, ETF, o acciones, entre otros. Si un banco cae, nuestras inversiones están a salvo porque están en cuentas de orden, es decir, fuera de su balance. Un fondo del mercado monetario (FIAMM) me parece un buen sustituto del dinero en cuenta corriente. 

La inflación implica que tener dinero en la cuenta, o en casa, es perder poder adquisitivo cada día que pasa. En este sentido, las monedas digitales pueden ser un destino para ese dinero, pero en modesta medida. Conviene calibrar bien el riesgo y la volatilidad que tienen. En base a esto, podremos decidir cuánto invertir en BITCOIN.

Las monedas digitales son activos que no tienen un valor intrínseco per se, ya que ni tienen activos detrás que las respalden, ni generan rentas. Tienen un valor en función de la oferta y la demanda. Como la oferta está limitada, teóricamente, y la demanda no para de crecer por diversos motivos, los precios son alcistas, aunque con enormes fluctuaciones. La demanda a corto es puramente especulativa, mientras que la demanda a medio y largo plazo se basa en la confianza de que estas monedas han llegado para quedarse, de su utilidad para hacer pagos, o como inversión a largo.

Una de las principales características financieras del BITCOIN es la volatilidad, es decir la dispersión de su cotización respecto de la media, o dicho de otra manera, cuanto puede fluctuar en un período dado de tiempo. La volatilidad de esta moneda digital ronda el 20% al mes, mientras que la de Iberdrola es de 16% al año.

Esto quiere decir que en un mes el BITCOIN tiene una probabilidad del 67% de subir o bajar hasta un 20%, y del 95% de crecer o decrecer hasta un 40%. Mientras, Iberdrola tiene en un año una probabilidad del 67% de moverse hasta un 16% arriba o abajo, y del 95% de fluctuar al alza o a la baja hasta un 32%. Las fluctuaciones asociadas a una probabilidad del 99% son aún mayores.

La diferencia es enorme, pues en un mes se puede perder con esta moneda digital más que en todo un año con Iberdrola. Aunque la volatilidad no es estrictamente el riesgo, es lo mismo a efectos psicológicos y prácticos para el inversor no experto. Poca gente puede dormir con caídas del 40% en un mes, o del 90% en 6 o 12 meses. Cuando esto ocurre, la mayoría vende justo antes de que empiece la nueva subida. 

El buen inversor debe empezar por calibrar cuánto puede perder antes de ilusionarse con las ganancias, debe averiguar cuánta volatilidad puede soportar sin sufrir, pues el sufrimiento hará que malvenda. 

A la luz de todo esto, el inversor que no es experto puede invertir un porcentaje pequeño de su patrimonio en estas monedas, pero conviene que no rebase el 5/7% de su cartera. Mayores porcentajes son para expertos capaces de soportar con estoicismo y calma caídas de valor elevadísimas en esa parte de sus inversiones. Ese dinero tiene que venir de la parte de la cartera destinada a inversiones de alto riesgo.

La forma tradicional para combatir la inflación es invertir en inmobiliario de calidad, así como en renta variable. Estos dos activos compensan la inflación generalmente con creces, y además, en muchos casos generan rentas. Esto debe ser lo principal en nuestra cartera de inversiones. Algunos añaden la renta fija, y me parece bien, siempre que se trate de bonos a corto o medio plazo. También tiene sentido tener algo de oro, ya sea físico o financiero, y en ciertos casos, un porcentaje moderado en monedas digitales. 

Para invertir en ellas, hay que entenderlas bien, y conviene informarse correctamente acerca de sus riesgos y volatilidades para evaluar si encajan con nuestro perfil de riesgo. De acuerdo con lo ya comentado, las monedas digitales pueden ser un activo a tener en cartera, pero no me parecen un sustituto de los saldos en cuenta corriente debido a su elevadísima volatilidad. Para esto, prefiero un FIAMM de calidad. 

Para terminar tenemos el riesgo de contrapartida, es decir, con quién vamos a operar. Este es un tema que también conviene analizar con precaución. 

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