La deuda pública de la Unión Europea ha superado por primera vez los 15 billones de euros, lo que supone un aumento de más de 744.000 millones en solo doce meses, según los últimos datos de Eurostat. El ritmo de endeudamiento recuerda a los años previos a la gran crisis financiera y ha encendido las alarmas entre economistas y analistas.
El economista José Ramón Riera advierte de que “la orina de este enfermo no pinta nada bien”, en alusión a la grave situación financiera europea. Riera señala que el incremento descontrolado del gasto público y el creciente peso de los intereses pueden “llevarse por delante a la Unión Europea” si no se corrige a tiempo.
Francia, Italia y España disparan la deuda europea
Entre los países que más han contribuido a este crecimiento figuran Francia, con 186.560 millones más de deuda; Italia, con 116.865 millones; Alemania, con 98.000 millones; y España, con 65.254 millones adicionales, un aumento del 4% que sitúa su deuda total en 1,69 billones de euros.
“Tres de los cuatro grandes países estamos absolutamente desmadados con la deuda”, lamenta Riera, quien recuerda que España, con una economía tres veces menor que la alemana, paga casi los mismos intereses que el país germano.
En conjunto, estas cuatro economías concentran más del 60% del incremento total de la deuda europea y alrededor del 70% del gasto en intereses.
Un coste financiero insostenible
El coste de los intereses de la deuda se ha disparado en toda la eurozona. En el primer semestre de 2025, la UE ha pagado 170.000 millones de euros en intereses, un 7% más que el año anterior. Francia destinó 32.000 millones, Italia 44.000, España más de 21.000 y Alemania 24.000.
“España paga solo 3.000 millones menos que Alemania, pese a que su economía es tres veces más pequeña”, subraya Riera, calificando esta situación de “incongruente e insostenible”.
Según el economista, si la tendencia continúa, los intereses superarán los 200.000 millones en 2026, acercándose “al cuarto de billón de euros solo en pagos financieros”.
El desequilibrio entre países acrecienta las tensiones
Mientras los grandes países acumulan deuda, otros como Irlanda y Países Bajos han logrado reducirla o mantenerla estable, lo que refleja —según los analistas— una creciente fractura entre los socios europeos en materia de disciplina fiscal.
Los países del norte, tradicionalmente más austeros, empiezan a mostrar impaciencia ante lo que consideran una falta de rigor presupuestario en las principales economías del sur.
Riesgo de una nueva crisis europea
Riera advierte que, de continuar la tendencia actual, la Unión Europea podría “entrar en una espiral de deuda e intereses” que comprometa la sostenibilidad de las cuentas públicas y aumente las primas de riesgo.
“Si seguimos así, el BCE no podrá contener el impacto: los tipos subirán, la deuda será más cara y la UE podría volar por los aires”, alerta el economista.
El problema, añade, no es solo económico, sino también político: la falta de consenso sobre cómo gestionar la deuda común podría resquebrajar la estabilidad de la zona euro.
Alemania, un caso aparte pero en riesgo
Aunque Alemania mantiene un ratio de deuda sobre PIB más bajo (62%), su anuncio de invertir 500.000 millones en estímulos públicos durante 2026 podría agravar el panorama. “Incluso el país más prudente se está endeudando”, advierte Riera, recordando que la decisión germana elevará aún más el coste financiero europeo.
“Hay que controlar el gasto antes de que sea demasiado tarde”
José Ramón Riera concluye con un mensaje claro: “Deberíamos estar controlando todos nuestros gastos y deudas para no crear más intereses ni más cargas financieras. Pero me temo que nadie, ni en España ni en Europa, está escuchando”.
Mientras el Banco Central Europeo se enfrenta al dilema de contener la inflación sin asfixiar a los Estados más endeudados, la Unión Europea camina sobre una cuerda cada vez más tensa. Y si la política fiscal no se coordina, la deuda podría convertirse en la mayor amenaza para la supervivencia del proyecto europeo en la próxima década.