La transformación de la autovía A-5 en su acceso a Madrid continúa marcando cambios significativos en la movilidad. Desde hoy martes, se activa un nuevo desvío del tráfico entre la avenida del Padre Piquer y el nuevo bypass del enlace de Boadilla, para avanzar en las obras del soterramiento de la vía, que forman parte del ambicioso proyecto del Paseo Verde del Suroeste.
Este desvío, que afecta a uno de los tramos más transitados de la autovía, permitirá la ejecución de los pilotes necesarios para construir la futura rampa de salida del túnel, así como los trabajos iniciales en el túnel norte, sentido Badajoz. Según ha confirmado el Área de Urbanismo, Medioambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, el tráfico se desplazará por un trazado provisional que discurre parcialmente sobre las losas ya ejecutadas del túnel sur, en el tramo comprendido entre la calle de Illescas y el enlace de Boadilla.
Se mantiene operativo el acceso de la calzada norte de la A-5 —en sentido salida de Madrid— hacia Boadilla del Monte y el giro a la izquierda desde el ramal hacia la calle Carabias. Este itinerario, habilitado en abril tras la clausura del paso inferior, cobra especial importancia, ya que se convierte en la ruta alternativa para los vecinos, ante el cierre del acceso a Carabias desde el tronco de la A-5, aunque seguirá permitida la salida desde esa vía.
Corte del acceso a Madrid en agosto
El delegado de Urbanismo, Medioambiente y Movilidad, Borja Carabante, anunció que a finales de julio se acometerá un nuevo hito de las obras: el desvío del tráfico de entrada a Madrid por la A-5, que se canalizará a través del Paseo de Extremadura. Esta medida será necesaria para llevar a cabo la conexión entre los dos túneles actualmente en construcción.
“El objetivo es aprovechar el mes de agosto, cuando desciende notablemente la movilidad, para realizar este corte en sentido entrada. El año próximo se programará un corte similar en sentido salida”, indicó Carabante. El responsable municipal aseguró que no se prevén “grandes atascos ni congestiones” debido al menor volumen de tráfico habitual en ese mes.
El delegado destacó el ritmo de ejecución de la obra, que avanza según lo previsto. “Ya hemos instalado aproximadamente el 60% de los pilotes, de un total de unos 7.000. El nivel de actividad es intenso, con numerosas máquinas y operarios trabajando diariamente”, apuntó.
Una autopista convertida en bulevar verde
La obra del soterramiento de la A-5 es el núcleo del proyecto Paseo Verde del Suroeste, con el que el Ayuntamiento pretende eliminar la barrera física que durante décadas ha separado los barrios de Lucero, Aluche y Las Águilas de Campamento y Casa de Campo. Actualmente, por la A-5 circulan cerca de 80.000 vehículos diarios, cifra que se reducirá en un 90% en superficie cuando finalicen los trabajos, contribuyendo además a una notable disminución de las emisiones contaminantes.
El cubrimiento de la autovía permitirá prolongar el bulevar peatonal de la avenida de Portugal hasta la avenida del Padre Piquer, en un tramo de 3,2 kilómetros. El futuro espacio priorizará el tránsito peatonal y ciclista, aunque mantendrá la capacidad necesaria para la circulación local de vehículos privados y transporte público urbano.
Mientras continúan las obras, el Ayuntamiento asegura que está informando a los vecinos con antelación para minimizar el impacto de las restricciones de tráfico. Las actuaciones, según la administración municipal, “no han provocado hasta ahora congestiones destacables”, a pesar de la magnitud del proyecto.
La transformación de la A-5 es uno de los principales proyectos urbanísticos y de movilidad de la ciudad de Madrid, con la mirada puesta en lograr una urbe más sostenible, conectada y amable para sus habitantes.