La instalación de 32 toldos blancos desmontables en la Puerta del Sol, una de las plazas más emblemáticas de la capital, ha generado una intensa polémica tanto en la esfera política como entre los ciudadanos. La actuación, impulsada por el Ayuntamiento de Madrid y presupuestada en 1,47 millones de euros, pretende ofrecer zonas de sombra durante los meses más calurosos del año, pero ha sido fuertemente cuestionada por su elevado coste y su limitada efectividad frente al calor.
Frente a las críticas, la delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, ha defendido públicamente el proyecto destacando que la Puerta del Sol es un Bien de Interés Cultural (BIC), lo que impide la plantación de árboles o la colocación de estructuras permanentes. En su lugar, el Consistorio ha optado por una solución desmontable, con telas de PVC microperforado, mástiles de acero inoxidable y anclajes especialmente diseñados para resistir fuertes rachas de viento.
“No se puede plantar ni un árbol ni fijar estructuras permanentes, así que hemos seguido las indicaciones de Patrimonio. Es una plaza singular, pero ahora al menos hay sombra”, ha explicado García Romero durante una visita a las obras del Parque Castellana. Según detalló, el proyecto ha superado “todo tipo de controles técnicos y patrimoniales”, hasta el punto de que “hasta la chincheta del anclaje fue revisada”.
Un sobrecoste inesperado de casi un millón de euros
Aunque inicialmente se adjudicó el suministro e instalación de las velas a la empresa Carpas Zaragoza por 475.530 euros, un problema estructural con los bancos de granito situados sobre el intercambiador de transporte de Sol obligó a rediseñar el sistema de anclaje. Se introdujeron placas de acero para asegurar la sujeción de los mástiles, lo que triplicó el coste del proyecto con un contrato adicional de 996.171,73 euros, adjudicado a Azvi y Licuas.
Esta modificación elevó el presupuesto total hasta cerca de 1,5 millones de euros, un gasto que ha generado indignación en redes sociales y ha sido aprovechado por la oposición para criticar la gestión del alcalde, José Luis Martínez-Almeida.
Críticas políticas y ciudadanas
Desde Más Madrid, su portavoz Rita Maestre ha calificado la intervención como una “chapuza”, reprochando al Gobierno municipal haber invertido 13 millones de euros en una plaza sin sombra y, ahora, otro millón y medio en toldos “estrafalarios” que no cumplen su función. Por su parte, la portavoz del PSOE, Reyes Maroto, ha defendido una alternativa más barata y estética basada en “sombras efímeras”, utilizadas en ciudades como Barcelona, que no requieren anclajes ni perforaciones del patrimonio.
Numerosos ciudadanos también han expresado su disconformidad. Algunos consideran que los toldos desentonan con la estética de la plaza, mientras que otros, como el madrileño José Martínez, los tildan de “caros y tardíos”: “Después de tantos millones invertidos en la reforma, aún tenemos que pagar más por algo que apenas da sombra”, afirmó.
Una reforma controvertida desde su inicio
La reforma integral de la Puerta del Sol, finalizada en 2023, costó 12,7 millones de euros y fue diseñada por los arquitectos Ricardo Sánchez y José Ignacio Linazasoro. El objetivo era peatonalizar completamente la plaza y mejorar su funcionalidad como espacio público. Sin embargo, la ausencia de sombra fue motivo de críticas inmediatas. Aunque los arquitectos propusieron inicialmente plantar 14 árboles en puntos estratégicos, la Comisión de Patrimonio de la Comunidad de Madrid lo rechazó, alegando riesgos estructurales y afectaciones al valor histórico del entorno.
Una medida estacional y aún sin coste cerrado
Los toldos están diseñados para instalarse en verano y desmontarse en otoño, lo que implica costes recurrentes de montaje y retirada aún sin cuantificar. Desde el Ayuntamiento reconocen que se está trabajando en un nuevo contrato para este servicio estacional, cuyo importe todavía no se ha hecho público, lo que podría seguir elevando el coste total del proyecto.
Almeida responde a la oposición
Ante las críticas, el alcalde José Luis Martínez-Almeida ha defendido su gestión subrayando que, por primera vez en su historia, Sol es completamente peatonal y ofrece espacios de sombra. “Cuando gobernaba la izquierda, en Sol había coches, ni árboles, ni sombras. Nosotros hemos transformado la plaza pensando en los ciudadanos”, afirmó desde Carabanchel. Además, recordó que el PP obtuvo mayoría absoluta en las elecciones de 2023 con este proyecto ya en marcha.
Mientras tanto, las altas temperaturas, que ya superan los 35 grados en la capital, han vuelto a colocar en el centro del debate público la urgente necesidad de soluciones climáticas sostenibles y eficaces para los espacios urbanos. La controversia sobre los toldos de Sol parece lejos de disiparse.