La Confederación Empresarial Española de la Economía Social (Cepes) ha expresado su “profunda preocupación” ante la ola de incendios que ha devastado cientos de miles de hectáreas en España, afectando gravemente a comunidades rurales, explotaciones y ecosistemas. La organización ha trasladado su solidaridad a las familias, trabajadores y territorios que sufren directamente las consecuencias de esta crisis, y ha agradecido el esfuerzo de equipos de emergencia y voluntarios que trabajan para frenar las llamas.
El presidente de Cepes, Juan Antonio Pedreño, ha subrayado que está en contacto con los gobiernos autonómicos de las comunidades más afectadas, con el objetivo de evaluar el impacto de esta emergencia en sectores esenciales de la economía rural. En este sentido, ha reclamado al Gobierno central y a las autonomías que articulen una “respuesta conjunta y coordinada” que garantice el apoyo a todo el tejido económico afectado.
Pedreño advirtió que la continuidad de muchas explotaciones “se encuentra seriamente comprometida” tras los daños ocasionados por las llamas, que han arrasado infraestructuras agrarias, ganaderas y ecosistemas de gran valor. Por ello, aseguró que Cepes está trabajando estrechamente con los responsables de Economía Social en Castilla y León, Extremadura y Galicia, con el fin de hacer un seguimiento cercano de las medidas adoptadas y acelerar la recuperación de las áreas afectadas.
La patronal recalcó la importancia de reforzar sectores estratégicos como el agrario, ganadero, apícola y lácteo, que no solo generan empleo y riqueza, sino que son fundamentales para la seguridad alimentaria y la cohesión territorial. Asimismo, defendió que las empresas de economía social deben estar plenamente integradas en los programas de apoyo que se pongan en marcha para garantizar una reconstrucción eficaz.
Pedreño insistió en que, en la fase de reconstrucción, las empresas de economía social seguirán demostrando su compromiso con el territorio y desempeñando un papel clave en la revitalización de las áreas rurales, en el impulso de un desarrollo económico y social sostenible y en la respuesta al reto demográfico que caracteriza a estas zonas de baja densidad de población.