El Ayuntamiento de Madrid se plantea recuperar y abrir al público uno de los espacios más singulares y desconocidos de la capital: el refugio antiaéreo del parque del Retiro, construido durante la Guerra Civil española.
Así lo ha anunciado este martes el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, tras visitar el interior de esta infraestructura militar histórica, acompañado por el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, y la concejala del distrito de Retiro, Andrea Levy.
Ubicado bajo la calle Menéndez Pelayo, cerca de la Puerta de la Reina Mercedes, este refugio subterráneo fue diseñado en 1936 para proteger a la población civil de los bombardeos aéreos que asolaron Madrid durante la contienda. Terminada su construcción en 1938, nunca llegó a ser utilizado con su fin original. Desde entonces ha permanecido cerrado, oculto bajo el asfalto y vegetación, y únicamente ha tenido usos relacionados con el almacenaje y el cultivo.
“Estamos ante una auténtica obra de ingeniería que queremos recuperar para los madrileños, igual que se ha hecho con el búnker de El Capricho. Son espacios que forman parte de la historia de nuestra ciudad y merecen ser conocidos”, ha señalado el alcalde.
Un vestigio bélico que podría convertirse en espacio museístico
El Ayuntamiento de Madrid está valorando la musealización del refugio, aunque todavía no hay un calendario definido. La prioridad, según ha expresado Almeida, será garantizar la seguridad y accesibilidad del espacio, que se encuentra a ocho metros de profundidad y es accesible únicamente mediante 45 escaleras.
El refugio cuenta con cinco galerías abovedadas de 135 metros de longitud, construidas en ladrillo y cemento. El diseño responde a criterios técnicos para minimizar el impacto de las ondas expansivas, con quiebros de 90 grados cada 25 metros. También dispone de respiraderos originales, tres accesos –uno oculto bajo el bulevar de Menéndez Pelayo y dos dentro del parque–, y zonas destinadas a letrinas, enfermería y ventilación.
De búnker a champiñonera
Tras la Guerra Civil, el refugio cayó en desuso como instalación defensiva. Fue entonces cuando se reutilizó como almacén municipal y, durante un tiempo, incluso como lugar para el cultivo de champiñones, cubriéndose de tierra vegetal. Hoy, pese a su valor patrimonial, permanece cerrado al público y es desconocido para la mayoría de los visitantes del parque del Retiro, que caminan sin saberlo sobre las cinco compuertas metálicas que dan acceso al interior.
Patrimonio subterráneo de Madrid
El anuncio de Almeida abre la puerta a una posible recuperación del refugio como parte del itinerario de lugares históricos subterráneos de Madrid, como el búnker de El Capricho, ya visitable. La intención municipal es seguir poniendo en valor este tipo de espacios que, pese a su discreta localización, forman parte del patrimonio histórico y bélico de la ciudad.
La reapertura al público del refugio del Retiro reforzaría la oferta cultural de la capital con un nuevo enclave que conecta la memoria histórica con el presente, y permitiría a los madrileños acercarse a una etapa crucial del siglo XX desde una perspectiva única.